Prepárate para la menopausia
Menopausia
En la premenopausia pon especial cuidado en mantener en la mejor forma tu suelo pélvico para evitar problemas; no te saltes ninguna de tus revisiones ginecológicas y pregunta en ellas todas tus dudas.
Como todas bien sabemos y «tememos» cuando llega la menopausia, la etapa donde nuestros ovarios dejan de producir estrógenos, surgen una serie de cambios físicos que afectan a muchos aspectos de la salud. Entre otros cambios, nuestro suelo pélvico, que posiblemente ha sufrido ya a lo largo de nuestra vida el daño del embarazo, el parto o sobrepeso… va a debilitarse aún más con el déficit hormonal. Por este motivo es frecuente que los síntomas de pérdidas de orina o prolapso genital aparezcan en esta etapa de la vida de la mujer.
La prevención es clave
Por eso es muy importante insistir en la prevención durante la etapa reproductiva y en la premenopausia. Si no nos hemos cuidado, ni rehabilitado adecuadamente nuestro suelo pélvico antes, al llegar la menopausia aparecerán una serie de síntomas relacionados con la incontinencia o la sexualidad, como por ejemplo molestias pélvicas, que podían haberse minimizado previamente.
Para cuidar tu suelo pélvico en esta etapa, has de disminuir el sobrepeso y cuidar el estreñimiento
Comenzar cuanto antes a practicar ejercicios, destinados a fortalecer la musculatura del suelo pélvico, es una decisión inteligente. Tómate unos minutos al día para realizarlos. Puede ser antes de dormir, mientras trabajas o cuando viajas en transporte público. Cualquier sitio es bueno para hacer que nuestra musculatura pélvica vuelva a recuperar el tono.
Igual que tomamos soja para disminuir los sofocos, o productos lácteos para prevenir la osteoporosis, es importante recordar que para cuidar tu suelo pélvico en este momento de la vida has de disminuir el sobrepeso y cuidar el estreñimiento.
Visita a tu ginecólogo
Por otro lado, es importantísimo que no faltemos a nuestra revisión ginecológica anual. Debemos contarle abiertamente a nuestro ginecólogo todo lo que nos preocupa en cuanto a las relaciones sexuales, sequedad vaginal, pérdidas de orina o de gases, si existen. Hay tratamientos y no debemos desesperarnos. Solo aprender a buscar la solución.
Fuente: Dra. Gema García Gálvez