La disminución de estos niveles hormonales durante la menopausia puede hacer que te sientas en un estado constante de síndrome premenstrual. Y eso incluye síntomas que no puedes controlar: irritabilidad, tristeza, desmotivación, ansiedad, irascibilidad, agresividad, fatiga, cambios de humor… Son cosas que no te gustan, que te hacen saltar a la mínima, que provocan actos de los que luego te arrepientes. ¿Qué hacer?
Hay dos cosas que debes saber. La primera, lo importante que es aceptar que tienes la menopausia. Reconocerlo. Darte cuenta de que estás montada en esa montaña rusa por los siniestros estrógenos. Y una vez detectada la causa (porque de normal tú no eres así) hay que trabajar en ella.
¿Triste e irritable? Lo primero es consultar con tu médico
Si te sientes irritable y triste pasados los 45 años, es muy probable que esté relacionado con la menopausia (o perimenopausia o posmenopausia), aunque también es cierto que los síntomas antes enunciados no tienen por qué estar relacionados únicamente con la pérdida de estrógenos. Así, puede haber motivos de peso por los cuales te sientas de mal humor, estés o no en la menopausia.
Por eso, lo que se impone como primera medida es acudir a tu médico. Él o ella sabrán a quién atribuir la culpa. Y si es por la menopausia, ¡a por ella! Porque cuando los niveles hormonales comienzan a disminuir, como lo hacen en los meses (y años) previos a la menopausia, todos los sistemas que tienen estos receptores hormonales registran un cambio, y eso incluye tu cerebro. Actúa, toma el control de tus emociones.
¿Cómo puedo afrontar los cambios emocionales de la menopausia?
La irritabilidad y los sentimientos de tristeza son los síntomas emocionales más comunes de la menopausia. Quizá seas tú la última en notarlo. Y quizá seas tú la primera en negarlo cuando alguien te lo hace saber. Pero apúntate esto: a menudo puedes controlar tus vaivenes emocionales con solo introducir pequeños cambios en tu estilo de vida. Por ejemplo, aprender formas de vivir, de relajarte y de reducir el estrés. Por ejemplo:
- Haz ejercicio y come sano: la ciencia demuestra que son dos cosas que te hacen más feliz.
- Practica yoga, meditación o respiración consciente para poner en contacto cuerpo y mente.
- Evita los tranquilizantes y el alcohol.
- Busca motivaciones que supongan un reto.
- Apóyate en los que quieres. Cuéntales cómo te sientes.
- Reactiva las relaciones sociales.
Huye de la depresión, es tu mayor enemiga
Aunque la menopausia no causa directamente la depresión, es muy cierto que algunas mujeres presentan síntomas durante este tiempo. Muchas de las situaciones insatisfactorias que vives pueden desembocar en depresión. Y más cuando te encuentras tan expuesta y baja de defensas. Y eso es lo último que necesitas. Actúa antes de que la tristeza o melancolía pase a otro nivel. Acude al psicólogo. Un reseteo emocional nunca viene mal a nadie.
¿Puede la terapia de reemplazo hormonal ayudarte?
La ciencia moderna se ha encargado de advertir el efecto positivo que tiene la terapia de reemplazo hormonal en las mujeres a las que la menopausia golpea más profundamente. Numerosos estudios refrendan también su utilidad desde el punto de vista psicológico. Pero si bien existe una creciente evidencia que sugiere que esta terapia puede aliviar los síntomas emocionales relacionados con la menopausia, no es menos cierto que por sí sola no es eficaz para tratar la depresión más grave. Como siempre, es el médico quien te dará el mejor consejo.