Este verano, pedalea en el agua
Actividad física
¡Atenta! Esta nueva modalidad de ejercicio tiene muchísimos beneficios para nuestro cuerpo y es muy recomendable sobre todo a partir de la menopausia, en el embarazo, cuando se tienen pequeñas lesiones o sobrepeso. Descúbrelos.
Quizá estas vacaciones te encuentres en algún hotel, centro de ocio o spa, una piscina que disponga de bicicletas dentro del agua. Aunque pueda sorprenderte el invento, atrévete a usarla, porque pedalear en el medio acuático tiene muchísimos beneficios. Y hay evidencias científicas que lo confirman.
Así que prepárate para descubrirlas en centros de rehabilitación, gimnasios o piscinas públicas dentro de nada. Esta actividad física está recomendada, sobre todo, para personas mayores, embarazadas, con alguna lesión o con sobrepeso.
¿Por qué esta técnica es tan saludable?
- Nuestro trabajo en el agua es constante en todo el movimiento: Por la resistencia del agua siempre realizaremos la misma fuerza al pedalear (al aire libre tendríamos fases de inercia y recuperación).
- La carga se reparte por todas las piernas sin incrementarse en las articulaciones.
- La resistencia del agua nos aporta equilibrio y seguridad al realizar los ejercicios, que tendrán eficacia si pedaleamos hacia adelante como hacia atrás.
- A mayor velocidad, mayor intensidad del ejercicio.
- Es personalizable a nuestro caso particular y responder a una terapia rehabilitadora.
¿Cuáles son estos beneficios?
- Las articulaciones no sufren: La ausencia de gravedad y la presión hidroestática del agua nos ayuda a realizar cualquier ejercicio sin que haya carga ni impacto sobre la columna o las rodillas.
- Mayor respuesta cardiovascular y mejora de la circulación sanguínea: Realizar ejercicios en el agua nos permite aumentar su intensidad, lo que repercute en nuestro sistema cardiorrespiratorio y, por consiguiente, en nuestra salud. Las pulsaciones por minuto son menores y también los niveles de lactato en sangre. La circulación sanguínea, sobre todo la de retorno, también mejora.
- Favorece la regulación del tono muscular: Los niveles de activación muscular son mayores por la resistencia constante del agua y el incremento del rango de movimiento.
- Temperatura estable: Aunque los ejercicios que hagamos sean más intensos nuestra temperatura corporal no se incrementa, porque el agua favorece la termorregulación.
- Mejora la capacidad pulmonar: La eficiencia ventilatoria se beneficia de la incorporación en el agua de ejercicios para los miembros superiores y de respiración lo que incrementa la fuerza inspiratoria.
- Recuperación más rápida: Al acabar los ejercicios es más fácil recuperar nuestro ritmo cardiaco porque aunque estemos haciendo una actividad aeróbica nuestra respiración es más estable.
- Mayor consumo energético, menor peso corporal: El ejercicio acuático consume mucha más energía que el que se practica al aire libre porque implica mayor actividad muscular, lo que puede descender la grasa corporal.
- Reduce la celulitis: El masaje que produce el agua con el ejercicio continuado y el incremento de irrigación que este provoca, pueden suponer un estímulo lipoatrófico, según recientes estudios.
- Bienestar psicológico: Además de los efectos beneficiosos sobre nuestra salud, realizar ejercicios en el agua hace que nos sintamos mejor con nosotras mismas, sobre todo si los efectos mejoran nuestra imagen corporal, y nos ayuda a afrontar el resto de las actividades del día con más energía. Además, el ejercicio en el agua también su parte lúdica y relajante.
Los entrenadores recomiendan sesiones de 30 ó 40 minutos de ejercicios aeróbicos. Apúntate a esta nueva moda y ¡gana en salud!