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Fortalecer cuando hay un prolapso

Reeducar el suelo pélvico


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Si nuestro suelo pélvico está debilitado puede perder su capacidad de sostén y provocar que los órganos pélvicos desciendan y asomen por la vagina. La fisioterapia, sobre todo en los primeros grados de este problema, nos ayudará a devolver el tono a nuestra musculatura y a reducir los síntomas. Te contamos cómo.


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Cuando el problema de suelo pélvico es el descenso de un órgano del interior de la pelvis, y no las pérdidas de orina, el médico valorará primeramente si un tratamiento conservador, con ejercicios de fortalecimiento, mejorará las condiciones musculares de nuestro suelo pélvico. La fisioterapia nos ayudaría a:

  1. Reducir o eliminar los síntomas
  2. Estabilizar los órganos pélvicos para evitar que siga avanzando el descenso

El prolapso puede afectar a cualquiera de los órganos pélvicos. Vejiga, útero o recto pueden descender por la vagina, que es la estructura central de nuestra pelvis y es más vulnerable porque no tiene un sistema de cierre esfinteriano como lo tiene la uretra o el ano.

El prolapso puede presentarse sin que tengamos ningún síntoma, ni siquiera pérdidas de orina, y a veces podemos descubrirlo de forma fortuita al limpiarnos la zona genital.

Siempre que hay un prolapso existe una alteración del sistema de soporte pélvico, es decir, una alteración del tejido de soporte (las fascias) y/o en los músculos de suelo pélvico.

¿Beneficios de tonificar esta musculatura?

Generalmente podemos contrarrestar esta alteración del tejido de soporte y los músculos pélvicos fortaleciéndolos con ejercicios y/o tratamientos de rehabilitación.

  • Aumentar la tensión de los tejidos de soporte
  • Aumentar el grosor de las fibras musculares
  • Mejorar en la coordinación y velocidad de respuesta muscular que provocará mayor estabilización del órgano que ha descendido
  • Reducir los síntomas como por ejemplo de sensación de peso, bulto, debilidad….

Lesiones en la musculatura pélvica

Sin embargo, cuando los prolapsos se asocia a lesiones en los músculos más profundos del suelo pélvico, por ejemplo a desgarros en los músculos elevadores, asociados generalmente a los partos, estos provocan la pérdida de un gran número de fibras musculares. Cuando se produce un desgarro en un músculo, las fibras dañadas no se regeneran en músculo, sino que se transforman en una cicatriz que no tiene capacidad para contraerse, como el músculo. El resultado es una pérdida de masa muscular y, por tanto, una pérdida de soporte de los órganos.

En estos casos es muy importante trabajar todos los músculos vecinos, que están sanos, para tratar de compensar ese área muscular perdida. El organismo puede llegar a compensar de forma muy eficaz una zona lesionada y conseguir la máxima eficacia de los músculos a pesar de haber perdido gran número de fibras musculares.

Y si hay incontinencia

No siempre hay pérdidas de orina cuando existe un prolapso, pero en muchas mujeres ambos problemas están asociados, sobre todo a partir de la menopausia. Tu médico valorará si la fisioterapia puede mejorar el tejido de sostén y tonificar la elasticidad y tono de esta musculatura para estabilizar el prolapso y minimizar tu incontinencia urinaria.

Si es tu caso, te recomendamos confiar en un producto adecuado que te haga sentirte segura y protegida, como los absorbentes específicos de TENA Mujer, diseñados para el pH y la densidad de la orina. Consigue aquí muestras gratuitas.

Tus problemas tienen solución, recuerda siempre consultar con tu médico si tienes pérdidas de orina o notas que algún bulto sobresale de tu vagina. La fisioterapia es siempre la primera opción que manejará el especialista, y si no funciona, quizá tu caso necesite una cirugía.

Fuente: Dra. Carolina Walker

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source: iStock.com / Jacob Ammentorp Lund
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