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Fisioterapia para prepararse para el parto

Embarazo y parto


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Si quieres tener un parto corto y reducir en lo posible las lesiones ese día es muy importante tu forma física. Tonificar y flexibilizar la musculatura pélvica bajo las instrucciones de un fisioterapeuta especializado puede ser la clave. Descubre por qué.


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El parto es un proceso fisiológico y dinámico, que implica una gran exigencia física. A pesar de que muchos factores influyen en el nacimiento, cómo estés físicamente en ese momento es muy importante. Porque, tanto si te administran anestesia epidural como si no, es imprescindible tu colaboración activa para poder dar salida a tu bebé.

Estudios realizados sobre mujeres deportistas, que presumiblemente tienen mayor fuerza, tono y condición física, han revelado que los partos tienen menos duración que los de las mujeres sedentarias, debido a la mejor condición fisica de la madre y por tanto a que su colaboración contribuye a mejorar estos resultados.

Preparar la musculatura pélvica para este gran momento nos ayudará a reducir lesiones, como desgarros y daños en el suelo pélvico que acaben en disfunciones sexuales, futuros prolapsos o problemas de incontinencia.

Fisioterapia especializada en maternidad

La mejor forma para hacerlo es ponernos en manos de un fisioterapeuta, que nos ayudará a tonificar, flexibilizar y controlar las estructuras musculoesqueléticas implicadas en el momento del parto. Este tipo de preparación se inicia a partir del segundo trimestre.

Lo ideal es la combinación de un trabajo aeróbico con un trabajo de tonificación mediante ejercicios supervisados de los músculos de la pelvis, la región lumbo-abdominal y los miembros inferiores. ¡Ojo!, el entrenamiento debe ser controlado por profesionales especializados en fisioterapia obstétrica para nuestra seguridad:

  • Evitarás ejercicios que pongan en riesgo el embarazo: como los ejercicios que aumenten en exceso la presión intra-abdominal o los que sobrepasen los límites de movilidad funcional de la región lumbar.
  • Te ayudarán a ser consciente de la actividad de cada músculo: No sólo hay que tonificar la musculatura pélvica sino controlar cómo se activan los distintos músculos y cómo funcionan. Si en el parto se va a administrar la epidural, la madre debe poder controlar su cuerpo ya que no tendrá sensaciones que le guíen (estarán inhibidas por la anastesia), mientras que las que vayan a dar a luz sin epidural podrán seguir los impulsos que gobiernan su cuerpo en ese momento.

A partir de la semana 33-34 de gestación es recomendable realizar estiramientos y flexibilizar la musculatura de suelo pélvico, con el objetivo de que no sufra lesiones durante la salida del bebé. Es decir, la musculatura de suelo pélvico debe tener un buen tono muscular, ser fuerte y, además, flexible. Con esta preparación se trata de conseguir los músculos de un gimnasta, fuertes pero flexibles.

En cualquier caso, si durante el embarazo notas que se te escapan algunas gotas de orina, es muy posible que tu suelo pélvico esté debilitado y necesite atención, acude a un especialista para que lo valore y trabaja para que llegue en las mejores condiciones al día del parto. Mientras recuerda que puedes utilizar protectores especialmente diseñados para las pérdidas de orina que te harán sentir segura y fresca todo el día con la máxima discreción, como los protegeslips o compresas TENA Silhouette. ¿Quieres probarla? Consigue muestras gratuitas aquí.

Fuente: Dra. Carolina Walker

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source: iStock.com / SanyaSM
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