Sexo y trastornos
Sexo
Tras la mayoría de disfunciones y problemas sexuales en la mujer se esconde una educación sexual sesgada y repleta de connotaciones negativas. La mejor terapia para superar esos tabúes es reconocer el propio cuerpo y reconciliarse con él.
En la mayoría de los casos, la educación sexual que recibimos, independientemente de que seamos mujeres u hombres, es muy deficiente. Lo poco que aprendemos, además, suele estar lleno de mitos, miedos y tabúes. Las mujeres en concreto han recibido una información sexual limitada, que conlleva un mensaje velado: No son seres sexuales.
Esta desinformación no se circunscribe únicamente al acto sexual, sino básicamente a todo lo que tiene que ver con el funcionamiento de nuestro cuerpo de cintura para abajo. A este desconocimiento, se le suman mensajes negativos que la mujer recibe generalmente durante los primeros años, y que crean una forma de relacionarse con sus órganos reproductores muy compleja.
Cuando una mujer sufre una experiencia sexual traumática o dolorosa (sobre todo si es joven), es muy frecuente que niegue sus genitales durante el resto de su vida. Algo que no le pasaría con el resto de su cuerpo. Para entender más claramente a qué nos referimos, establecemos un paralelismo. Imaginemos otra situación: Una mujer, que se ha caído varias veces y se ha roto algunos huesos, no renunciaría nunca a sus piernas. Las rehabilitaría y, una vez sanas, viviría perfectamente con ellas. Sin embargo, si lo que le ocurre es que tiene relaciones sexuales dolorosas o ha sufrido operaciones en el útero, los ovarios o incluso en la vejiga o el recto (partes que incluye dentro de ese territorio «genital» que perciben como no natural), lo ocultan, llegando a negarlo.
Lo que provoca esto, entre otras muchas consecuencias, es que las mujeres sufren disfunciones sexuales, durante la excitación y el orgasmo, dolores durante las relaciones, problemas de autoestima y, a nivel físico, enfermedades y trastornos en la zona pélvica, en gran parte causados porque dejan de cuidar esta parte de su cuerpo.
¿Cómo superar estos tabúes?
La principal terapia debe basarse en el amor y cuidado hacia nuestro cuerpo. Por eso es importante seguir algunas pautas para reconciliarnos también con nuestro aparato reproductor y nuestra sexualidad:
- Ir al ginecólogo regularmente para revisar nuestro útero, ovarios y vagina.
- Cuidar nuestros genitales lavándolos con geles adecuados e hidratándolos.
- Protegernos de infecciones y enfermedades.
- Conocer y ejercitar nuestra musculatura pélvica para mejorar nuestra salud, bienestar y sexualidad.
- Hablar con nuestra pareja con naturalidad sobre lo que esperamos del sexo, nuestros miedos o límites.
Centrada en ti ha puesto su granito de arena para que aprendamos a conocer mejor nuestro cuerpo y ha creado Espejo íntimo, una aplicación que nos ayudará a familiarizarnos con nuestros órganos genitales, conocer su respuesta sexual y nos enseñará a detectar posibles anomalías.
Fuente: Marta Ibáñez, sexóloga