La microbiota intestinal se refiere a todos los microbios de los intestinos, que actúan como otro órgano crucial para la salud. A medida que creces, tu microbiota intestinal también lo hace y afecta a tu organismo de varias maneras. Primero, en cómo digieres la leche materna o después la fibra. También en cómo controla tu sistema inmunológico, que te protege de las enfermedades y virus durante toda tu vida. O cómo afecta al sistema nervioso central, que controla la función cerebral. No solo es cuestión de digestión…
Un desequilibrio entre microbios sanos y no saludables en los intestinos puede contribuir al aumento de peso, niveles altos de azúcar en sangre, colesterol alto y otros trastornos. Pero tranquilidad: para ayudar a favorecer el crecimiento de microbios saludables en el intestino disponemos de una amplia variedad de frutas, verduras, cereales integrales y alimentos fermentados. Mejorar tu microbiota intestinal –esto es, tu salud- está en tus manos.
Cómo afecta la microbiota a distintos aspectos de tu salud:
Tu salud intestinal
La microbiota también puede afectar la salud intestinal y puede desempeñar un papel en enfermedades intestinales como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad inflamatoria intestinal, con síntomas como hinchazón, calambres o dolor abdominal. Se debe a que los microbios producen una gran cantidad de gases y otras sustancias químicas que contribuyen a los síntomas del malestar intestinal.
Tu salud cardiovascular
Créelo: la microbiota intestinal influye en la salud del corazón. Para bien o para mal, según su estado. Ciertas bacterias dentro los intestinos pueden producir sustancias químicas que pueden bloquear las arterias y provocar enfermedades cardíacas. Sin embargo, los probióticos pueden ayudar a reducir el colesterol y el riesgo cardiovascular.
Tu salud mental y emocional
Una buena microbiota intestinal puede incluso beneficiar la salud del cerebro de varias maneras. Primero, ciertas especies de bacterias pueden ayudar a producir sustancias químicas en el cerebro llamadas neurotransmisores. Por ejemplo, la serotonina es un neurotransmisor antidepresivo que se produce principalmente en el intestino. En segundo lugar, el intestino está físicamente conectado al cerebro a través de millones de nervios. Por lo tanto, la microbiota intestinal también puede afectar la salud cognitiva al ayudar a controlar los mensajes que se envían al cerebro a través de estos nervios.
Tu peso
Hay miles de tipos diferentes de bacterias en los intestinos, la mayoría de las cuales benefician la salud. Sin embargo, tener demasiados microbios nocivos para la salud puede provocar enfermedades. Un desequilibrio entre microbios sanos y no saludables se denomina disbiosis intestinal y puede contribuir al aumento de peso. Afortunadamente, los probióticos son buenos para una microbiota saludable y pueden ayudar a perder peso o, al menos, a no ganarlo.
Cómo mejorar tu microbiota intestinal
Hay muchas maneras de mejorar tu microbiota intestinal y aquí las 10 soluciones más eficientes:
- Come más legumbres y frutas. Contienen mucha fibra y pueden promover el crecimiento de bifidobacterias saludables.
- Llena tu nevera de alimentos fermentados como el yogur, el chucrut o el kéfir, pues contienen bacterias saludables, principalmente lactobacilos, que pueden reducir la cantidad de especies que causan enfermedades en el intestino.
- Limita o incluso suprime –cada vez hay más estudios que alertan de sus efectos nocivos- el consumo de edulcorantes artificiales porque provocan un aumento del azúcar en la sangre.
- Consume alimentos prebióticos, un tipo de fibra que estimula el crecimiento de bacterias saludables. Lo encuentras en alcachofas, plátanos, espárragos, avena o manzanas.
- Mantén una dieta variada. Es muy importante alimentar las bacterias de nuestro intestino con distintos tipos de nutrientes.
- Acostúmbrate a los cereales integrales. Contienen mucha fibra y carbohidratos beneficiosos como el betaglucano, que son digeridos por las bacterias intestinales para beneficiar el peso, el riesgo de cáncer, la diabetes y otros trastornos.
- Pásate a las verduras porque las dietas con una buena cantidad de “verde” pueden ayudar a reducir los niveles de bacterias que causan enfermedades como la inflamación o el colesterol.
- Llénate de polifenoles, unos compuestos vegetales que se encuentran en el vino tinto, el té verde, el chocolate amargo, el aceite de oliva y los cereales integrales. Estimulan el crecimiento bacteriano saludable.
- Busca un buen suplemento de probióticos. Estas bacterias vivas pueden ayudar a restaurar el intestino a un estado saludable después de la disbiosis “resembrando” microbios sanos. Consulta a un especialista para tener el mejor consejo.
10.Toma antibióticos solo cuando sea necesario. Matan muchas bacterias malas de la microbiota intestinal, pero también buenas. Esto posiblemente contribuya a un aumento de peso y a la propia resistencia a los antibióticos. Limita su consumo en lo posible.