Dolor de espalda tras el parto
Embarazo y parto
¿Sabías que si sufres este inconveniente más allá del parto tienes 10 veces más posibilidades de padecer incontinencia urinaria? La mejor forma de atacar este problema es hacer ejercicios específicos durante el embarazo.
Más de un tercio de embarazadas tendrá que pasar por el inconveniente de sufrir dolores de espalda. Con frecuencia este inconveniente aparece hacia la 25 semana de gestación y en ocasiones se prolonga más allá del parto. Habitualmente el dolor de espalda es lumbo-pélvico: se localiza en la zona más baja de la columna, a los lados del sacro, hacia las nalgas, e incluso puede extenderse hacia la parte posterior del muslo sin sobrepasar las rodillas. Puede afectar sólo a un lado o a los dos y no suele ser un dolor constante sino asociado al movimiento: aparece cuando cambiamos de posición en la cama mientras dormimos, al girarnos y salir del coche, al caminar…
El origen de este problema suele estar relacionado con una alteración en las articulaciones de la pelvis, concretamente las sacroiliacas. No se sabe a ciencia cierta la causa exacta de esta inestabilidad pélvica, aunque afectan en gran medida los cambios que se producen durante el embarazo en los músculos abdominales, los músculos del suelo pélvico y las estructuras que fijan las articulaciones pélvicas. Estos se deben a la influencia de determinadas hormonas que se producen durante el embarazo, a las malas posturas o el mantenimiento de una postura concreta durante largos periodos (estar sentada o de pie largo rato) y a la debilidad o desequilibrio muscular.
Aunque este dolor aparece en el segundo trimestre, hay mujeres que continúan sintiendo molestias durante el posparto. Un estudio reciente mostró que las mujeres que padecían dolor de espalda tras el parto tenían 10 veces mas posibilidades de padecer incontinencia urinaria que las que no lo tenían.
Por esta razón es muy importante realizar ejercicio durante el embarazo y prevenir problemas de espalda al final del mismo y en el postparto. Los ejercicios más adecuados para prevenir este tipo de problemas son aquellos que mueven y tonifican los huesos y los músculos que rodean el abdomen y la pelvis, es decir la musculatura abdominal, el suelo pélvico y los músculos posteriores de la zona lumbar y pélvica. Todas estas estructuras son las que trabajamos realizando los ejercicios de suelo pélvico que proponemos en Centrada en ti.
Fuente: Dra. Carolina Walker