La incontinencia es un problema común que afecta a millones de personas y suele vincularse a cosas como la obesidad o la edad, aunque también a antecedentes familiares y otras circunstancias más aleatorias. Si vas al médico, probablemente una de las primeras pautas que te dará para solucionarlo será: cambia tu estilo de vida, cosas como perder peso o reducir el consumo de cafeína y alcohol. Mejora tu dieta, haz más ejercicio. Entonces, ¿por qué no verlo como una oportunidad?
Porque debes saber que la mayor parte de las medidas a tomar para solucionar un problema de incontinencia están relacionadas con simples mejoras de hábitos de vida, adquirir rutinas saludables, seguir consejos que en realidad adoptarían todas las personas que quieren sentirse bien, que toman las riendas de su propio bienestar. En definitiva, meter en tu vida cosas como las que siguen.
Hacer ejercicios de suelo pélvico
Los ejercicios del suelo pélvico son enormemente eficaces para reducir las fugas. Pero no solo son buenos para las personas que sufren incontinencia, sino que hay muchas mujeres que lo practican para encontrar otros beneficios, desde ayudar a superar los síntomas del postparto hasta mejorar la calidad de la vida sexual, pues un suelo pélvico tonificado propicia unas relaciones sexuales más placenteras.
Dejar de fumar
Si fumas, corres el riesgo de sufrir incontinencia porque la tos ejerce presión sobre los músculos del suelo pélvico. Pero es que fumar multiplica exponencialmente el riesgo de sufrir decenas de enfermedades, tales como bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, hipertensión arterial y muchas más. Pero no solo eso, sino que la probabilidad de padecer un infarto se multiplica por 10 en las mujeres que fuman y utilizan anticonceptivos orales. Además, entre las mujeres fumadoras la menopausia se adelanta una media de entre dos y tres años junto con el riesgo de sufrir osteoporosis.
Activarse físicamente
No solo son los ejercicios de Kegel. En realidad, activarse físicamente a todos los niveles es algo fundamental no solo para superar los problemas de incontinencia, sino para vivir mejor. No se trata tanto de ponerte a sudar como una loca, sino de activarse. Salir del sillón y proponerse una hora de paseo diario. O hacer Pilates o yoga. Notarás de inmediato mejoras tanto físicas como mentales.
Perder peso
El sobrepeso puede debilitar los músculos del suelo pélvico y provocar incontinencia debido a la presión del tejido graso sobre la vejiga. Sus síntomas pueden mejorar y desaparecer por completo si pierdes el exceso de peso. No hay mucho truco: basta con hacer ejercicio y seguir una buena dieta, como es la mediterránea. Bajar kilos te hará sentirte mejor, tener más energía, reducir los niveles de colesterol, disminuir drásticamente el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cardiovasculares, etc.
Mejorar la salud digestiva
Dicen que una buena salud digestiva es sinónimo de una buena salud general. El esfuerzo que haces cada vez que vas al baño debilita los músculos del suelo pélvico y empeora la incontinencia urinaria. Si tienes estreñimiento, necesitas cambiar tu dieta y estilo de vida. Comer más fibra y hacer más ejercicio ayuda. Una buena salud digestiva propiciará no solo un mejor sistema inmune, sino también otros beneficios que quizá no esperabas: lucirás una piel más hidratada, un cabello más sano y hasta una mejor salud mental.
Reducir el consumo de cafeína
La cafeína irrita la vejiga y puede empeorar la incontinencia. Y no solo la tienes en el café, sino también en refrescos, el té verde, las bebidas energéticas o el chocolate caliente. Sustitúyelo por agua e infusiones de hierbas o de frutas. Si lo haces, no solo irás menos al baño, sino que dormirás mejor, tendrás menos ansiedad, mejorará tu estado de ánimo y hasta perderás peso.
Eliminar el alcohol
El alcohol es un diurético, lo que hace que orines con más frecuencia. Reducir su consumo hasta eliminarlo no solo puede ayudar a aliviar los síntomas de la incontinencia, sino que obtendrás otros beneficios como mayor capacidad de concentración, mejoría del sueño y activación de unas relaciones sociales más sanas. ¡Pásate al agua! Mantiene la temperatura de tu cuerpo en niveles normales, lubrica y amortigua las articulaciones, protege los tejidos sensibles, hidrata la piel, mejora el sistema inmunológico y elimina el mal aliento.
Visitar al médico
El médico es garantía de bienestar. Es él quien mejor te va a resolver todas las dudas y guiarte para que estés espléndida a cualquier edad y en cualquier circunstancia. No hay mejor consejero sobre salud que él. Si tienes incontinencia, es fundamental consultar con tu médico. Entonces, ¿por qué no aprovechar la oportunidad para tomar las riendas de tu salud? Nadie mejor que tu médico para guiarte por la senda del bienestar.
¿Necesitas más razones para pasarte a un estilo de vida saludable? Seguro que no. Así que ya lo ves: unos hábitos sanos no son buenos solo para solucionar los problemas de incontinencia, sino para resetear tu cuerpo y mejorar tu calidad de vida. A todos los niveles. ¡Haz que tu problema se convierta en solución!