Después de reconocerlo, el médico le prescribió una bebida que le habían dado a probar unos samuráis. Era un té especial preparado y extraído de una especie de hongo que bebían antes de la batalla para obtener mayor energía.
En nuestra era tuvo una primera etapa dorada cuando causó sensación entre los surfistas californianos en la Santa Mónica de los años ochenta y, definitivamente, hoy se ha hecho un hueco en los restaurantes de carta más saludable, donde los refrescos azucarados se van dejando en pos de una alimentación sana.
¿Qué es la kombucha?
Si no la has probado, te diremos que la kombucha, en boca, resulta muy similar a una sidra. Tiene sabor ácido y dulce, aunque no contiene azúcar y se caracteriza por unas burbujitas, más bien aguja, parecida a la de los vinos frizzantes, que la hacen la sustituta saludable ideal para los refrescos habituales. Estos, además de mucho azúcar y, en el mejor –o peor– de los casos, cantidades ingentes de edulcorantes que destrozan la microbiota intestinal, no aportan absolutamente ninguna ventaja a nivel nutricional. La kombucha, sí.
Aunque milagros no hace, también hay que decirlo, por más que lo deseen los departamentos de marketing de quienes la fabrican y venden.
Ventajas de beber kombucha
Sus defensores, entre los que se encuentran muchos nutricionistas, ven en ella la mejor opción para beber en momentos de ocio, totalmente natural y con ciertos beneficios para el estómago y el intestino. Estos beneficios provienen de cómo es su proceso de elaboración.
La kombucha es el resultado de fermentar té verde con algo llamado scoby (simbiosis de bacterias y levaduras cuyo nombre es el acrónimo en inglés de Symbiotic Colony of Bacteria and Yeast), agua y azúcar de caña. Aunque aquí veas nombrado el azúcar, es importante que sepas que la práctica totalidad de este es ingerida por las bacterias para hacer su trabajo de fermentación y no queda en la bebida final.
La ventaja de la kombucha es que, aunque estos ingredientes podrían dar como resultado una bebida de sabor acre (probablemente, repugnante), se le pueden añadir sabores y aromas a través de raíces como el jengibre, frutas de todo tipo, hierbas como la menta o especias como la canela, la nuez moscada, entre otras, dando como resultado una colección de sabores muy agradables y dulces –aunque no empalagosos– que, bien fríos, están ricos.
Propiedades de la kombucha
La kombucha es un refresco capaz de aportar propiedades beneficiosas al organismo, sobre todo, virtudes probióticas.Los probióticos están muy concentrados en alimentos fermentados (capaces de alimentar y mantener equilibrada la flora intestinal) como yogur, kéfir, chucrut, encurtidos… y té kombucha, cuyos microorganismos causantes de las burbujas ayudan a aliviar patologías digestivas tales como gastritis, colon irritable, recuperación temprana de daños por celiaquía y otras condiciones en las que el tránsito se resiente.
Por supuesto, hay probióticos en la mayoría de los alimentos vegetales, así que no tenemos que dejar en manos de la kombucha el equilibrio de nuestra microbiota. Si no abusamos del azúcar, el alcohol y los ultraprocesados y tenemos una alimentación rica en alimentos de origen vegetal, nuestra microbiota se mantendrá sana y en equilibrio (salvo que haya alguna patología, que tampoco se va a curar bebiendo kombucha).
Quienes comercializan este refresco de moda aseguran que con su consumo habitual (que, evidentemente, desplaza el consumo de bebidas que deterioran la flora, es decir, todas las azucaradas, las edulcoradas y las alcohólicas), notan que mejoran sus digestiones, que el tránsito se regula, que se sienten con más energía y menos hinchados.
5 claves de la kombucha de calidad
1. Sus ingredientes deben reducirse a agua, té verde, azúcar de caña, frutas, verduras y raíces. Nada más.
2. El etiquetado debe aludir al método tradicional de fermentación por scoby. Solo respetando al 100% esto se consigue que casi desaparezca el azúcar inicialmente añadido.
3. Que no esté pasteurizada, algo que detectarás porque no necesitará nevera para su conservación y transporte (esto no quiere decir que las que hay en la nevera del supermercado sean malas, mira sus etiquetas).
4. Mejor si no está filtrada porque será entonces una bebida viva que conservará las propiedades probióticas intactas.
5. Que venga envasada en vidrio. Si la bebida contiene ácidos orgánicos, únicamente puede ir dentro de un material inerte que no traspasa partículas al contenido.
Asegúrate de estar comprando la correcta.
¡ATENCIÓN!
La kombucha puede contener alcohol, aunque sea poco.
Embarazadas, niños y personas que estén tomando medicación incompatible no deberían beberla, ya que no se considera 0,0%.