Episiotomía: ¡cuidado con el suelo pélvico!
Embarazo y parto
La episiotomía es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en los países occidentales, pero no siempre es necesaria y afecta en gran medida a la integridad del suelo pélvico. Te explicamos cuándo y cómo debe realizarse.
La episiotomía es un corte que se realiza para ensanchar el espacio a través del cual el bebé debe pasar durante el parto (nos referimos al tercio inferior de la vagina, anillo vulvar y periné).
Se suele realizar por dos motivos: para acortar el periodo en el que la madre tiene que empujar (denominado período de expulsivo) y para evitar la producción de desgarros en determinados casos:
– En mujeres mayores de 35 años que tienen su primer hijo y que por tanto, tienen un periné y una vagina poco elásticos.
– En casos de posible riesgo de «sufrimiento fetal» donde se pretende facilitar el período expulsivo: parto prematuro, fetos grandes, cabeza fetal mal posicionada, etc.
-Asociada al uso de instrumental: fórceps o ventosas.
Los expertos aconsejan un uso restrictivo de esta técnica, y que se realice con buen juicio quirúrgico, ya que no hay una base científica que avale que previene los desgarros y muchas veces ocasiona retracción del periné y dispareunia (dolor en las relaciones) durante algunos meses.
Una episiotomia secciona estructuras clave de sostén del suelo pélvico. Dependiendo de la «técnica de sutura» o reconstrucción, el suelo pélvico puede sufrir o no una lesión que ocasione complicaciones a medio-largo plazo. Existen dos tipos, la medio-lateral es la más usada en primíparas, con un corte en ángulo de 45 grados.
Por ello, cuando se considera necesaria su realización es básico:
1. Correcta sutura: hay que respetar al máximo la anatomía para mantener íntegra la función muscular, evitando la formación de cicatrices patológicas.
2. Revisión posparto: Es importante acudir a revisión tras el parto y hacer rehabilitación dirigida por un fisioterapeuta de suelo pélvico, que tonifique la musculatura debilitada por un lado y, a la vez, flexibilice retracciones de la cicatrización y mejore la sexualidad posterior.
Evidentemente, las circunstancias del parto harán que sea el profesional el que tome las decisión de si es o no necesario su uso. Pero es importante consultes tus dudas sobre este tema (cuál es el protocolo del hospital o clínica en la que vas a dar a luz, por ejemplo) con tu obstetra antes del parto.
Fuente: Dra. Gema García Gálvez