Los expertos en suplementación la validan por sus interesantes propiedades en aspectos como mejorar la calidad del sueño y, gracias a sus propiedades adaptógenas, ayudar a regular los niveles de cortisol y reducir los síntomas de estrés que pueden conducir a la ansiedad y la depresión.
Eso sí, como siempre, hay que saber elegirla bien. Ante el escaparate de una tienda de suplementos, parafarmacia o herbolario, surge la duda que surge siempre que hablamos de complementos alimenticios: ¿todas las ashwagandhas son iguales? No.
El experto en actividad física y del deporte Ismael Galancho, autor de libros como Quema tu dieta (Grijalbo, 2023), Réquiem por una pirámide (Grupo Editorial Círculo Rojo, 2020) o Equilibra tu glucosa (Grijalbo, 2024), entre otros, advierte en su blog: “Si decides suplementarte con esta planta, es recomendable que te asegures que sea de calidad. El sello ashwagandha KSM-66 es garantía de ello”. Aclaramos que se trata de una marca que vende la materia prima como extracto único de raíz de ashwagandha extraída mediante un proceso sin alcoholes ni disolventes químicos.
La ashwagandha y la menopausia
Ya todas sabemos que la menopausia tiene algunas consecuencias en el plano físico, entre ellos la fatiga, la irritabilidad y los problemas de sueño. La ashwagandha ha demostrado ser capaz de reducir los niveles de cortisol y, derivado de ello, su mejor cualidad es poder regular el estado de ánimo por su capacidad de actuar como un adaptógeno (igual que el ginseng, la rhodiola o el eleutherococo).
Por todo esto, la ashwagandha ayuda al organismo a gestionar las situaciones de tensión, estrés y ansiedad al tiempo que mejora el rendimiento mental, la concentración y el insomnio.
¿Qué son los adaptógenos?
En esta etapa de la vida, nuestro organismo pasa por cambios que conviene atender para ganar una mayor calidad de vida. Entre las posibles ayudas de las que se habla actualmente está el incluir en la alimentación los adaptógenos, es decir, plantas medicinales, hierbas, raíces y hongos que se toman normalmente en cápsula y pueden mejorar la estabilidad del organismo frente a cargas físicas sin aumentar el consumo de oxígeno, manteniendo la homeostasis del cuerpo. ¿Esto qué significa? Que el cuerpo es más capaz de enfrentarse al estrés, manteniendo las funciones metabólicas y consiguiendo rendir más, tanto a nivel físico como mental.
No es tontería que, en un momento como este, de tantos cambios, se recurra a algo que ayude a adaptar mente y cuerpo a los cambios hormonales de forma natural. Y una fuente natural son estos adaptógenos, entre cuyos activos hay saponinas, vitaminas, lignanos, flavonoides, entre otros, que llegan hasta donde tienen que llegar por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y algunos mediadores del estrés.
Además, los extractos que contienen estas plantas adaptógenas pueden promover el equilibrio en el sistema nervioso y hormonal, afectando de forma positiva los niveles de óxido nítrico, lactato, glucosa en sangre, cortisol, lípidos en sangre, enzimas hepáticas y otros aspectos de la salud femenina.
Los efectos positivos de la ashwagandha en la menopausia
Estos efectos positivos en la salud femenina (antes, durante y después de la menopausia) se revelaron en otro estudio científico reciente que evaluó ciertos aspectos de la menopausia, como número y frecuencia de sofocos, niveles de estradiol, hormona foliculoestimulante (FSH), testosterona y hormona luteinizante.
Como conclusión, constató una reducción de los sofocos y los síntomas urinarios, un aumento del estradiol, la FSH y la hormona luteinizante y, vino a afirmar que la ashwagandha:
-Ayuda a prevenir la pérdida de densidad ósea.
-Ayuda a equilibrar los niveles hormonales y calmar síntomas como los sofocos.
-Ayuda a mejorar la libido.