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Un sillón electromagnético que puede tratar la incontinencia

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Te descubrimos qué es la energía electromagnética, cómo favorece al fortalecimiento del suelo pélvico y si es efectiva para el tratamiento de las pérdidas de orina.


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Ya sabemos que existen diferentes métodos y tratamientos para las pérdidas de orina y que los ejercicios Kegel son quizá lo que más conocemos y nos han recomendado los especialistas. Sin embargo, la ciencia sigue investigando sobre nuevas herramientas para tratar este problema que ya sufre según varios estudios el 42% de las mujeres mayores de 45 años en España. Imagínate que el simple hecho de sentarte en un sillón pudiera mejorar tu incontinencia. Sí, lo sabemos, parece ciencia ficción, pero ¿y si no lo fuera?

Recientemente se está utilizando una novedosa herramienta de fortalecimiento muscular y tratamiento de la incontinencia urinaria: un sillón. Sí, lo que lees, pero, ¿cómo puede ayudarnos con nuestras pérdidas de orina? Posee un mecanismo que activa una neuromodulación a través de la emisión de energía electromagnética de alta intensidad, es decir, a través de un estímulo que atraviesa la ropa y la piel para llegar en profundidad al control neuromuscular del suelo pélvico. Este artefacto puede conseguir miles de contracciones supramáximas de los músculos del suelo pélvico en sesiones de entre 30 y 40 minutos. No te preocupes porque la técnica que utiliza este sillón es totalmente inocua, cómoda, no necesita operador (tan solo estar bajo el control del especialista) y podemos retomar nuestra actividad cotidiana inmediatamente.

¿También para la electroestimulación?

Otro de los métodos que tiene relación con esta novedosa herramienta de energía electromagnética es la electroestimulación, donde un estímulo eléctrico activa el músculo y nuestro cuerpo toma conciencia de que se ha producido una contracción muscular secundaria al estímulo. Tras eso, nuestro organismo responde con una contracción voluntaria, muy parecida a la percibida.

La diferencia es que aquí el trabajo muscular es activo y nuestro cuerpo no está en una posición pasiva (sentadas). Sin embargo, en el caso del sillón electromagnético, el trabajo muscular y su activación es pasivo, ya que sí lo estamos. Por el momento, faltarían estudios que demostraran que es funcional y que supone una ejercitación activa eficaz.

En definitiva, a día de hoy, este sillón puede tener su sitio y su utilidad en una sesión de inicio de fisioterapia de suelo pélvico, para que nos familiaricemos con la zona que vamos a trabajar, lo que se denomina propiocepción, es decir, el sentido que nos informa de la posición de nuestros músculos; o al neuromodular, que podría indicarse en la patología de la vejiga hiperactiva, en el manejo de la urgencia miccional e incontinencia de urgencia, como una tercera línea de tratamiento tras el cambio de hábitos.

Sin restarle utilidad, un proceso de sesiones será una opción terapéutica si se respalda por estudios serios y un conocimiento mayor del mecanismo de acción y seguridad del procedimiento. La ciencia tendrá que seguir investigando y avanzando para que este sillón sea una solución por sí mismo para tratar la incontinencia urinaria.

Fuente: Dra. Gema García Gálvez

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