¿Sabes cómo funciona la vejiga urinaria?
Incontinencia
Cuanto más conozcamos sobre los órganos afectados por la incontinencia, mejor preparadas estaremos para prevenirla, actuar ante ella y minimizar sus signos en nuestro día a día. ¿Lista para seguir cuidándote?
Prácticamente no se habla de la incontinencia, pero esta patología tiene un alto impacto en la calidad de vida de las personas que la sufren… y son muchas: el estudio EPICC en población española determinó que la prevalencia en los mayores de 65 años (tanto hombres como mujeres) era superior al 50%.
Ante el primer síntoma, acude al médico, él será quien mejor te informe y te dé un diagnóstico correcto. Pero hay mucho que puedes hacer aunque no tengas síntomas, entre otras cosas, informarte. Por ejemplo, ¿sabes cómo funciona la vejiga urinaria? Conociendo más sobre ella podrás mejorar tus hábitos y prevenir su daño.
La vejiga urinaria es un órgano “muscular”: retiene la orina que producen los riñones. En el caso de las mujeres, descansa en la pelvis, sobre la cara superior o anterior de la vagina y sobre una estructura de sostén llamada fascia pubocervical. Por lo tanto, hay dos elementos importantes que participan en la continencia (es decir, en la capacidad de la vejiga para llenarse de orina y vaciarse únicamente cuando lo decida una orden voluntaria de nuestro sistema nervioso):
- El músculo detrusor: es un conjunto de fibras musculares que discurren en muchas direcciones por toda la pared de la vejiga. Actúan como una malla que, al contraerse, “exprime” el globo lleno de orina. Este músculo se relaja para que la vejiga se llene y se contrae para que se vacíe, siempre siguiendo órdenes neurológicas voluntarias. Cuando se contrae de forma involuntaria y provoca el deseo urgente de orinar, estamos ante una vejiga hiperactiva, que causa escapes de orina o continuas visitas al baño.
- El sostén que proporcionan la vagina y la fascia sobre las que se apoya la vejiga: es crucial para que esta tenga una posición adecuada y almacene la orina. Si la pared superior de la vagina está débil o caída, la vejiga puede asomar por el orificio de entrada vaginal, lo que podría alterar la función de almacenamiento de orina; aparecerían dificultades para orinar o escapes debidos al esfuerzo. Esto último suele deberse a que la uretra, el conducto de salida de la orina desde la vejiga al exterior, tampoco cuenta con los elementos de sostén adecuados, por lo que falla su mecanismo de “cierre”.
Cuida tus músculos más internos
Por lo tanto:
- Al músculo detrusor hay que cuidarlo no distendiéndolo excesivamente: su capacidad contráctil se alterará si estás muchas horas sin vaciar la vejiga, así que… ¡no te aguantes!
- Toser o realizar esfuerzos son acciones que deben ir asociadas a una contracción activa de la musculatura del suelo pélvico. De esta forma, se contrarresta la hiperpresión abdominal sobre la pelvis y sus órganos, algo que con el tiempo favorece un descolgamiento vaginal y el descenso de la vejiga. ¡Aprende a toser para evitarlo!
En definitiva, cuida del músculo detrusor y del sostén de la vejiga regulando la ingesta de líquidos y las micciones… ¡y fortaleciendo suelo pélvico! Ten en cuenta estos hábitos, sobre todo, durante el postparto y en la perimenopausia, que es cuando más se debilitan estas zonas.
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Fuente: Gema García Gálvez