Sé siempre positiva
Mantenerte positiva te ayudará a estar motivada y concentrada en superar cualquier desafío. Es una forma de evitar o anticiparse a los conflictos antes de que éstos sucedan, ya sea una discusión en casa o un problema en el trabajo.
Aprovecha tu experiencia
Ya no eres una adolescente que se quiere comer el mundo con una visión un tanto irreal de la vida. Has entrado en una edad en la que tienes la suficiente experiencia para detectar cuándo llega un problema y elegir retos con alta probabilidad de cumplirlos. ¡Aprovéchalo!
Reconoce cuándo necesitas ayuda
Destierra tu orgullo, algo que realmente solo te puede llevar a tomar malas decisiones, y reconoce cuándo necesitas ayuda. Principalmente cuando veas que te quedas sin energías tanto físicas como mentales. Apóyate en los tuyos o incluso en opiniones más expertas.
Analiza los pros y los contras de cada desafío
Coge un papel y un boli. Escribe en grande el desafío que debes afrontar –ya sea personal o profesional- y evalúa los pros y los contras en dos columnas diferentes. Expón tus fortalezas y debilidades para superarlos. Escribirlo te ayudará a reforzar las primeras y dedicar un esfuerzo extra a las segundas. Y finalmente puedes escribir la conclusión, que probablemente será la solución.
Ponte retos realistas
Marcarse retos y desafíos es estupendo, pero solo si son realistas. De otra forma, solo te pueden conducir a la frustración y finalmente al fracaso. A veces alegra más alcanzar tres retos menores que uno grande. Superar retos factibles te hará ser más constante en cada acción de probado éxito que incorpores a tu vida.
Sé constante, incorpora tus buenos hábitos para siempre
Para que una cosa funcione, hay que aplicarla con constancia. Para esto sirve la llamada “regla de los 21 días”, formulada hace ya 60 años y plenamente vigente. Debes tomar 15 minutos al día a la misma hora y en el mismo lugar para cualquier nuevo hábito que desees incorporar a tu vida. Y es importante continuarlo hasta que se cumplan los 21 días consecutivos de práctica constante. Al cumplir tres semanas ese nuevo hábito se incorpora de forma natural en tu día, de forma que “el cuerpo te lo pide”. Puede ser dejar de fumar, incorporar una rutina de ejercicio o comer sano. Verás cómo notas el resultado.
Escribe un diario
Poner todo por escrito ayuda a adquirir una nueva perspectiva de las cosas. Escribir un diario permite identificar todo lo valioso que has hecho durante el día, rodearte de modestia para admitir errores y crear una valiosa distancia para tomar mejores decisiones futuras que te ayuden a solucionar problemas. De la misma forma, redoblará tu ego y autoestima escribir qué cosas salieron bien durante la jornada. Y también te recordará el valor de ser constante.
Acepta el éxito y el fracaso como parte del viaje
La vida es un continuo aprendizaje, incluso a partir de los 50. Nadie lo hace bien todo el tiempo y nadie se equivoca continuamente. Forma parte del proceso dinámico de la vida cosas como intentar tener éxito, fracasar y luego volver a intentarlo. Esa es la única forma de desarrollar una confianza duradera en nosotros mismos. La edad juega a tu favor: la experiencia te enseña que el éxito puede ser efímero y que siempre puedes recuperarte de cualquier fracaso. Relativiza uno y otro.
Cuida tus relaciones personales
Una vez que entras en una rutina, y por muy desmotivadora que ésta sea, siempre es fácil descuidar lo que más importa: las relaciones con quienes de verdad amamos. El amor debe ser una experiencia dinámica, y más en su madurez. Ten en cuenta que ellos serán los que celebren contigo tus éxitos y te ayuden en el fracaso.
RETO: Desarrolla un plan de acción e impleméntala en tu vida diaria.