A estas alturas, ¿quién va a negar el impacto del estrés en nuestras vidas? Es algo que afecta a todas las personas, y más en estos tiempos tan llenos de urgencias, carreras y tensiones. Y aunque las pequeñas cantidades de estrés son una parte normal de la vida, el estrés crónico no lo es (o no debe serlo). Estar estresada todo el tiempo puede causar mucho daño a tu bienestar emocional y, no lo dudes, también a tu suelo pélvico.
Es posible que tu suelo pélvico pueda ser lo último en lo que piensas cuando tienes un millón de cosas de las que preocuparte, pero deberías cambiar de mentalidad a medida que entras en una edad madura. Un suelo pélvico fuerte y saludable puede ayudarte a mantenerte en forma, brindarte confianza y garantizar que todo tu organismo siga rindiendo al cien por cien.
El suelo pélvico es la base muscular de tu pelvis y es lo que te permite controlar los impulsos de la vejiga y los intestinos con la ayuda de los músculos del esfínter, músculos que se contraen o relajan a voluntad en la vejiga y el recto. Debes cuidarlo, y para eso tienes que mantenerlo alejado del estrés.
Cómo afecta el estrés al suelo pélvico
No todo estrés es malo. De hecho, el estrés es necesario para sobrevivir y es responsable de la descarga de adrenalina que se siente en situaciones de lucha o huida. Pero demasiado estrés, aquel que se dispara hasta producirte tensión y angustia, puede hacer que tu suelo pélvico se vuelva demasiado tenso porque entonces tenderá a hacer contener la respiración, contraer los músculos y tensionar la zona. Si a eso le agregas tener un suelo pélvico debilitado por un parto, habrás adquirido todos los números para tener un suelo pélvico estresado.
No controlar tu estrés (o las formas de afrontarlo) puede ponerte en serio riesgo de sufrir otras complicaciones de suelo pélvico, como incontinencia urinaria, incontinencia fecal o desplazamiento de órganos pélvicos. Definitivamente, no es lo que quieres…
Cómo detectar trastornos en el suelo pélvico
Llegados a este punto, la pregunta que sin duda te haces es: ¿cómo sé si el estrés ha dañado mi suelo pélvico? Afortunadamente, existen síntomas que te van a permitir identificarlo para luego ponerle solución. Algunos de los más importantes son:
- Necesidad constante de vaciar los intestinos.
- Problemas urinarios como incontinencia de esfuerzo o vejiga hiperactiva.
- Dolor o presión en el área pélvica.
- Dolor durante el sexo.
- Dolor al orinar.
- Dolor en las lumbares.
- Incapacidad para controlar las deposiciones.
Cómo relajar tu suelo pélvico… ¡y tu mente!
Estamos de acuerdo: estos síntomas no suenan demasiado agradables. Pero lo bueno es que controlar tu estrés puede ayudarte a mantener tu suelo pélvico saludable, lo que de paso ya te dará una cosa menos por la que estresarte. Para manejar tu estrés hay varias soluciones perfectas a poco que te actives. Por ejemplo:
- Practicar yoga.
- Respirar profundamente para relajarte.
- Mejorar tus hábitos de sueño para descansar mejor.
- Mantente hidratada.
- Adoptar una dieta equilibrada.
- Alejarte de aquellas personas o cosas que te estresan.
- Hacer ejercicio.
Estos son buenos hábitos que puedes adoptar en tu vida en general. Pero también existe una serie de cosas que puedes hacer específicamente por su suelo pélvico. A saber:
- Usa una compresa tibia o una toalla caliente para ayudar a aliviar el dolor o la tensión inmediatos en el área pélvica.
- Toma baños tibios (que de paso te ayudan a relajarte).
- Haz los ejercicios de Kegel.
La idea aquí es plantear una doble acción: aliviar el estrés y mantener saludable el suelo pélvico. Porque la salud preventiva es mucho más fácil que intentar arreglar tu salud cuando el problema ya ha aparecido.
Los problemas pélvicos causados por el estrés se pueden manejar fácilmente, especialmente si comienzas de inmediato. Cuanto más tiempo dejes que el estrés se apodere de tu vida, más probabilidades tendrás de desarrollar afecciones del suelo pélvico que requieran más tratamientos que una simple sesión de Kegel de 10 minutos.
Así que anticípate a cualquier problema y dedica unos pocos minutos por sesión en honor a Kegel para prevenir y solucionar problemas como pérdidas de orina, molestias durante las relaciones sexuales o estreñimiento.
Escucha las señales de tu cuerpo, actúa… ¡y serás la de siempre!