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¿Conoces tu cuerpo? Rompe los tabúes

Psicología


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La educación que han recibido las mujeres durante generaciones ha creado una relación negativa con su aparato reproductor. Es importante replantear esa relación desde el propio autoconocimiento.


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Muchas mujeres sólo se relacionan con sus genitales y su aparato reproductor cuando van a tener un hijo o tienen problemas ginecológicos o urinarios. De hecho, todavía un gran número de mujeres no acude al ginecólogo hasta que no están embarazadas.

Desde que nacemos, la relación con nuestro cuerpo está condicionada a los valores que te dan sobre cada parte. Todos los bebés exploran su cuerpo; prueban pies y manos llevándoselos a la boca, tocan su cara, sus brazos, pellizcan sus piernas y las observan. También tocan sus genitales con curiosidad. La reacción de algunos padres ante eso es distinta cuando el bebé es un niño que cuando es una niña y esto marcará la relación de ambos con su cuerpo para siempre. Ella crecerá pensando que esa zona es tabú, sucia y fea. Esta idea es la causa de que muchas mujeres jamás tengan contacto visual o táctil con sus genitales y si a esto le sumamos la cantidad de mujeres que no acuden al ginecólogo hasta que no llega el momento de tener un hijo, nos encontramos con una zona, el aparato reproductor femenino, totalmente abandonada.

Es importante que conozcamos nuestro cuerpo, para detectar posibles anomalías y como ejercicio de crecimiento personal.

Es importante la autoobservación de la mujer. Debes conocer tu cuerpo para detectar anomalías si se da el caso y como ejercicio de crecimiento personal. En este autoconocimiento se incluye la observación de tus genitales a través de un espejo o, como primer paso, con ayuda de nuestra aplicación Espejo Íntimo, con la que te familiarizarás con tu aparato reproductor y aprenderás mucho más de ti misma.

También es importante conocer nuestro flujo vaginal, la menstruación, la orina, los cambios hormonales relacionados con los ciclos menstruales, realizar visitas anuales al ginecólogo y, por supuesto, aprender a localizar y controlar el suelo pélvico.

Observar nuestro cuerpo, conocer sus ciclos y sus cambios, cuidarnos y escucharnos son pautas que no se tienen en cuenta en la educación de las niñas. Y son esenciales para el auto concepto como mujer, para nuestra autoestima, y nuestra salud psicológica, física y sexual.

 

Fuente: Marta Ibáñez, sexóloga

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