Comida sana y divertida: recetas que tienes que probar

Cambia tu dieta con súperalimentos

Dejando claro que la alimentación correcta es variada y equilibrada, también es cierto que, a veces, llevados por la pereza, la apetencia o la ignorancia, dejamos de lado nutrientes muy necesarios. Es el momento de encontrar nuevas fuentes de vitaminas, aminoácidos, antioxidantes… y, aunque cerradas las filas en torno a nuestro gazpacho, nuestros guisos de legumbre y nuestra buenísima costumbre de comer fruta y beber agua, podemos ampliar el abanico con alimentos venidos de otras culturas.

Te proponemos una serie de cambios, ¿a cuál te apuntas?

• Algas: En las lentejas, en lugar de sal, añade un puñado de algas wakame. Además de conseguir el gusto salado, de paso, las llenas de antioxidantes, yodo, calcio, omega 3, hierro, vitaminas y fibra.

• Té matcha: Sustituir el café con leche que tan mal te sienta por un té matcha con espuma de bebida de coco. Además de disfrutar de un sabor que no se parece a nada (y de una preciosa foto para Instagram), que sepas que el té matcha, que es un té verde en polvo muy valioso, fortalece tu sistema inmune, reduce el colesterol, baja el nivel de azúcar en sangre, previene infecciones y combate el estrés. A estas virtudes se suma que, a diferencia de la cafeína del café, la del té matcha se asimila muy lentamente. Es decir, cuando la bebemos no aumenta sus niveles en sangre de forma brusca como ocurre con el café, por lo que no se produce nerviosismo.

• Kombucha: En lugar de recurrir a la caña de cerveza o al refresco repleto de azúcar, ¿qué tal si te aficionas a la kombucha? Como ya contamos en este artículo https://centradaenti.es/has-oido-hablar-de-la-kombucha/ , la kombucha, en boca, resulta muy similar a una sidra. Tiene sabor ácido y dulce, burbujitas y es totalmente natural. Los nutricionistas la defienden como una gran alternativa a las bebidas habituales, con ciertos beneficios para el estómago y el intestino. Como su origen es la fermentación de té verde con una simbiosis de bacterias y levaduras, agua y azúcar de caña, se considera un fermentado. Los fermentados están muy concentrados en probióticos, que ayudan a aliviar patologías digestivas. Además, la kombucha tiene propiedades antiinflamatorias, equilibra el metabolismo, es depurativa y rica en antioxidantes.

• Chía: ¿Por qué no desayunar un pudding de chía con yogur y fruta que te mantenga saciada toda la mañana? Estas semillas, pequeñas pero matonas, son muy ricas en antioxidantes y  una excelente fuente de fibra. Aunque aportan más textura que sabor, merece la pena incorporarlas porque sus ácidos grasos son esenciales a nuestro cerebro y nuestro sistema cardiovascular, entre otras cosas. Hay que tomarla con moderación, basta una cucharita de café cada vez. Lo ideal es remojar las semillas antes de consumirlas, porque generan una pequeña concha gelatinosa de la que es más sencilla obtener lo bueno.

• Kale: Es la berza o col rizada de toda la vida, así que ya sabes: rica en proteínas (contiene los ocho aminoácidos esenciales necesarios para nuestro organismo), antioxidantes, fibra, minerales, vitamina A, C y calcio. ¿La novedad? Ahora se toma en tiras horneadas con sal y parmesano, como si fueran patatas fritas.

• Kéfir: Es un probiótoco con levaduras y bacterias vivas que nace de la fermentación de granos de kéfir en leche de vaca, oveja o cabra. Muy rico en vitamina B, ácido fólico y proteínas. Ayuda a restablecer la flora intestinal, favorece la digestión, apacigua las úlceras gástricas, refuerza el sistema inmunitario. Tómalo mezclado con tu yogur natural y añádele fruta, frutos secos, semillas, etc.

• Quinoa: Ya instaurada en la dieta de muchos españoles, queda quien no sabe que esta semilla es perfecta para controlar el peso, regula el colesterol y es antioxidante. Es una forma magnífica de tomar proteína vegetal si estás aburrida de las típicas sopas de legumbre. Se puede añadir a las sopas o hacerla como si fuera arroz. Se toma caliente o fría, también en ensaladas o acompañamiento con verduras salteadas. Molida en harina se usa para hacer pan, galletas, tortitas y muffins. Germinado en ensalada aumenta considerablemente su valor nutritivo.

Receta sana y fácil: El pan de patata de Jordi Cruz

Si eres adicta al pan blanco de molde y quieres quitarte ese exceso de harina refinada, grasa refinada y azúcar añadido, atenta a esta alternativa, receta de nada menos que Jordi Cruz, chef con seis estrellas Michelin. Hacerlo no puede ser más fácil. Toma nota:

INGREDIENTES (para un sándwich):

– 120 gramos de puré de patatas (natural o a partir de copos)

– 60 gramos de harina de almendra o de avena

– dos huevos

– 4 gramos de polvo de hornear

– sal

– semillas de amapola.

PASO A PASO:

1. Es importante que el puré quede cremoso y espeso.
2. Mezcla todos los ingredientes en un vaso de batidora y tritura
3. Pasa la mezcla a un recipiente con un poquito de grasa en el fondo (que el recipiente sea cuadrado y alto). Las semillas, a modo de topping.
4. Mete el recipiente en el microondas, a 800 watios, entre tres y medio y cuatro minutos, hasta comprobar que el centro esté cocido, no cremoso.
5. Al salir del microondas hay que dejar el pan de patata unos minutos para que se temple antes de desmoldarlo.
6. Una vez sacado del recipiente, se corta en dos rebanadas y se tuesta un poco antes de rellenarlo para una textura más crujiente.

Finalmente, te invitamos a conocer otros consejos sobre dietas saludables en nuestra sección del blog dedicada a la alimentación.