Sin embargo, para que estos dos hábitos puedan llevarse a cabo de forma fácil y natural, hay otros dos que son indispensables: el buen descanso y el manejo adecuado del estrés. Podríamos pensar que éste último se encuadra mejor en el territorio de la salud mental, sin embargo, los psicólogos e, incluso, los expertos en actividad física y en nutrición, lo sitúan dentro del ámbito de lo físico. Y es que, ante situaciones prolongadas de estrés y ansiedad, la tendencia natural es a descuidar tanto la alimentación como el ejercicio.
NUEVOS HÁBITOS PARA UNA MEJOR SALUD
Más allá de alimentarse de forma saludable, hacer ejercicio y dormir bien, hay una serie de hábitos que es aconsejable adquirir en primera instancia, ya que nos servirán de palanca para afianzar el resto con el fin último de alcanzar una vida de bienestar:
1.- Procura llevar un estilo de vida relajado.
2.- Si hay algo que te preocupa y no sabes cómo gestionarlo, ponte en manos de un profesional.
3.- Organiza – y reparte – las tareas domésticas entre todos los miembros de tu familia.
4.- Reserva un espacio cada día para tu vida personal, además de la familiar. Ni todo puede ser trabajo, ni todo puede ser dedicarse al cien por cien al hogar cuando se sale del trabajo. En este momento en que nos planteamos recuperar la salud, el conocido como “me time” por los anglosajones (“tiempo para mí”), debe elevarse a la categoría de sagrado.
Esto nos lleva al segundo cariz que toma la vida saludable: el bienestar emocional. Para alcanzarlo hay que, en primer lugar, librarse de los hábitos tóxicos: tabaco, alcohol y drogas. No olvidemos que el cuerpo humano es un todo, por tanto cualquier dependencia no saludable mina el bienestar emocional, que ha de nutrirse de buenos momentos.
Claves para alcanzar el bienestar emocional
El bienestar emocional no consiste solo en estar “tranquila”: Hay que dar un paso más hacia sentirnos realizadas, acompañadas y queridas. Te damos algunas claves:
- Dedica tu tiempo a personas que te “suman”: que te aportan buena energía, positividad, y que te ayudan a crear una mejor versión de ti misma. Huye de las personas tóxicas.
- Búscate una afición, cualquier cosa que te obligue a fijar la atención y que te ayude a evadirte: música, pintura, manualidades, baile…
- Disfruta de la naturaleza: haz excursiones, pasea, observa los árboles…
Todo esto último está íntimamente relacionado con el bienestar social, que es el que alcanzamos cuando compartimos nuestra vida con gente que nos hace felices y tenemos un propósito para con la familia y/o nuestra comunidad.
Pasar tiempo en un entorno donde dar y recibir afecto repercute, sin duda, en un mejor estado de ánimo: disfrutar de una relación de pareja emocionalmente estable, cuidar una mascota, hacer compañía a una madre que está sola, cuidar de un nieto, sentir que los demás cuidan de ti, conocer personas nuevas… En definitiva, disfrutar de las pequeñas cosas y compartir esos momentos con los demás, de manera que la felicidad se amplifique.
Paso a paso hacia una salud plena
Unos buenos hábitos no se adquieren de la noche a la mañana pero, poco a poco, se pueden ir instaurando si se repiten con constancia. Revisa cuáles resuenan más en tu modo de vida y ¡a por todas!
- Si no lo hacías ya, empieza a cocinar. Además de ser un ejercicio de creatividad, te permitirá comer sano y variado, sin recurrir a precocinados y productos ultra procesados carentes de nutrientes esenciales y pro-inflamatorios. No olvides que tu comida puede ser tu medicina, como decía Hipócrates. Pon en tu plato la correcta proporción que aconsejan los expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard: mitad del plato, vegetales y, en la otra mitad, una cantidad equilibrada 50/50 de hidratos de carbono yproteínas, todo ello aderezado con grasas saludables y, de beber, agua. Recuerda comer con calma, escuchando las señales de apetito y saciedad que envía el cuerpo, sin obsesionarte, disfrutando de la gastronomía.
- Encuentra la forma fácil de hacer ejercicio todos los días. Además de un deporte que te haga feliz (mejor si es en compañía y al aire libre), trata de aumentar la tasa NEAT. ¿Sabes lo que es? Se trata del acrónimo de “non-exercise activity thermogenesis” en inglés y, para entendernos, supone el conjunto de actividades dentro de tu rutina diaria que no se consideran ejercicio físico como tal pero que requieren de un esfuerzo físico. Se consigue con gestos sencillos, fáciles de llevar a cabo, como evitar el ascensor, ir andando a los sitios o cargar con la compra, por ejemplo.
- Aficiónate a algún tipo de terapia relajante: meditación, mindfulness, talleres de costura o de pintura, baile, yoga, baños de bosque… Piensa que hacer un ejercicio de respiración consciente mientras tus sentidos se centran en alguna actividad de la que disfrutas puede ser igual de eficaz que una noche de ocho horas de sueño.
- Hablando de sueño…. Para recuperar la salud hay que priorizar el descanso nocturno, éste ha de ser la base de la pirámide. Durante el sueño se regulan las hormonas y dormir suficiente permite estar alerta durante el día para llevar a cabo el resto de hábitos que redundan en la salud: ejercicio, control del estrés, correcta alimentación, etc.
- Aprende a decir que no, apártate de quien no aporta nada bueno, sal en busca de mejores conversaciones y de experiencias positivas que son, al fin y al cabo, lo que construye las bases de una vida más saludable.