Cuanta más barriga, peor salud mental: las claves, cómo detectarlo y cómo prevenir
Dieta
La grasa abdominal está vinculada a los primeros signos de demencia 20 años antes de que comiencen los síntomas, según determina la ciencia. Y todo esto ocurre ya a los 40 o 50 años, mucho antes de que se manifieste cualquier deterioro cognitivo.
En pocas palabras: cuanta más barriga, peor salud mental. Pocas veces se ha revelado tan profundamente esa conexión entre cuerpo y mente, pero es absolutamente real. Porque según los estudios, a medida que aumenta el tamaño del vientre de una persona, el centro de memoria de tu cerebro se «encoge», algo que en las mujeres ocurre incluso antes de la menopausia, bastante antes de que se manifieste cualquier signo de deterioro cognitivo, según una nueva investigación.
Así lo ha evidenciado un estudio publicado en la revista «Obesity» realizado en personas de mediana edad con antecedentes familiares de enfermedad de Alzheimer. Los investigadores determinaron que «la cantidad de grasa en los órganos abdominales (páncreas, hígado y grasa abdominal) está relacionada con el volumen cerebral y la función cognitiva».
Dado que las investigaciones apuntan a una evidente relación entre barriga y salud mental, los expertos advierten de la necesidad de reducir y mantener a raya la grasa abdominal para prevenir y combatir el deterioro cognitivo y enfermedades como el Alzheimer.
Cómo detectarlo y la importancia de la prevención
La obesidad es una epidemia mundial y, según la Organización Mundial de la Salud, más de la mitad del mundo tendrá sobrepeso u obesidad en apenas 10 años. Es decir, el exceso de peso es un claro factor de riesgo ya a partir de los 40 años para desarrollar demencia, cuyos primeros síntomas no suelen aparecer hasta los 60 o 70 años generalmente.
Conviene estar alerta y ser proactiva porque la detección no es la que todo el mundo piensa. La mayor parte del índice de masa corporal (IMC) de una persona refleja la grasa subcutánea, pero no la grasa abdominal. Por eso esta se debe medir mediante una resonancia magnética abdominal que pueda determinar el volumen real del tejido adiposo visceral. Cuanta más grasa abdominal tengas, más inflamación se produce en el cuerpo. Es mucho peor que la inflamación surgida de la grasa subcutánea. Además, la grasa visceral es la grasa que induce la diabetes.
Cómo combatir la grasa abdominal
No esperes a ver cómo tu barriga avanza poco a poco. Existen formas inteligentes de reducir la grasa abdominal que pueden revertir esa tendencia que parece inevitable con el paso de los años. No es tan difícil. No pienses en cosas sofisticadas como burpees con pesas o máquinas de gimnasio. La manera más eficiente de salir de tu zona de confort, activarte y entrar en el «modo quemagrasas» puede ser algo tan sencillo como caminar a paso rápido y a un ritmo constante, llegando a hacer entre 45 y 60 minutos de paseo dos o tres veces por semana.
Estar en una buena forma aeróbica en la mediana edad puede reducir decisivamente el riesgo de Alzheimer y demencia. Lo que debes hacer es seguir lo que los expertos denominan como «entrenamiento de zona 2», que en realidad es de lo más simple: es aquel que te permite mantener a duras penas una conversación mientras haces el ejercicio.
Caminar… y más
Caminar rápido en una cinta de correr con una ligera inclinación o andar con un chaleco con peso son excelentes y sencillas formas de entrar en la zona quemagrasa de una forma rápida y eficiente. El seguimiento y desarrollo de la masa muscular también es clave: cuanto más músculo tengas, mayor será tu metabolismo y mejor podrás quemar grasa a lo largo del día.
Desafortunadamente, no se puede apuntar a la pérdida de peso en ciertas áreas como el abdomen, pero perder peso en general conducirá a una reducción de la obesidad. Una dieta rica en fibra y proteínas, así como baja en azúcar, es un buen punto de partida. Además de una dieta saludable y el ejercicio, la actividad física regular, dormir lo suficiente y limitar el consumo de alcohol son otros métodos muy efectivos para ayudar a reducir la grasa abdominal.
Y un consejo final: acaba con el estrés, otro factor que puede contribuir mucho más de lo que crees a la acumulación de grasa abdominal. Actividades como la meditación, los ejercicios de respiración profunda, el yoga o permanecer en contacto con la naturaleza son medidas muy inteligentes para reducir los niveles de estrés y finalmente quitarte esa barriga en pos de una buena salud mental.