Apúntate al yoga prenatal
Embarazo y parto
Si estás embarazada y buscas una actividad física adecuada, el yoga prenatal es una buena opción, ya que tiene un sinfín de beneficios para las mujeres gestantes. Pero ojo, no es adecuado para todas. Toma nota.
Los beneficios de practicar yoga son innumerables. Además de alinear cuerpo, mente y espíritu, la combinación de asanas (posturas) con la respiración y la relajación mental tiene muchos beneficios concretos para mujeres embarazadas:
Beneficios físicos.
- Aumenta la fuerza y la flexibilidad de los músculos, nervios y fascias.
- Libera la tensión muscular.
- Disminuye el dolor de espalda.
- Mejora el sueño.
- Disminuye las náuseas.
- Mejora la incontinencia.
- Disminuye los dolores de cabeza.
- Disminuye la hipertensión.
- Favorece la higiene postural.
- Incrementa la oxigenación de tu sangre y la de tu bebé.
- Favorece la digestión.
Beneficios mentales
- Calma la ansiedad y el estrés.
- Socializas con otras mujeres embarazadas que están en tu misma situación.
Beneficios prácticos
El yoga también aporta muchos beneficios que se pueden aplicar en el momento del parto:
- Aprenderás técnicas de respiración y relajación que te ayudarán en el expulsivo.
- Las posturas en cuadrupedia (a gatas), acompañadas de una respiración consciente, atenúan el dolor de las contracciones.
Lo que debes tener en cuenta
Si te quieres apuntar a una clase de yoga prenatal, lo primero que tienes que hacer es consultarlo con tu ginecólogo para que te indique si es adecuado o no para ti.
Busca un centro de monitores certificados que estén especializados en yoga para embarazadas, ya que ellos conocen cuáles son las posturas más o menos indicadas para mujeres en estado de gestación.
No te fuerces y escucha a tu cuerpo. Recuerda que el yoga es una disciplina para relajarse. Una sesión de yoga prenatal debe durar entre 30 y 45 minutos.
No todas las disciplinas de yoga son adecuadas para mujeres embarazadas. Por ejemplo, debes evitar el Bikram yoga, el que se practica a 45º, ya que te puede causar una hipertermia.
Hay posturas que no son recomendables para mujeres embarazadas, como aquellas que requieren un gran estiramiento del abdomen.
Si estás en riesgo de parto prematuro, tampoco es recomendable que practiques yoga prenatal.
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