¿Qué es el síndrome del cuidador?
Psicología
Cuando toca cuidar de una persona mayor, como pueden ser nuestros padres, solemos priorizar el deber y las obligaciones hacia ellos sobre nuestra vida diaria. Si no somos capaces de gestionarlo bien esta situación nos desbordará. ¿Estás segura de no sufrir este síndrome? Te damos algunos indicios.
Es habitual que en las familias cuando una persona mayor necesita ayuda, el padre, la madre o ambos, alguno de sus hijas o hijos se convierta en cuidador directo. Si no nos paramos a reflexionar sobre cómo afrontar esta situación, podemos sufrir el síndrome del cuidador: un estado de ansiedad, tristeza y agotamiento producidos por el estrés continuado que acompaña a la persona que adopta el cuidado de otra.
Queremos ser de ayuda, pensamos que no nos llevará mucho tiempo, iniciamos el cuidado con ánimo y con energía… Pero poco a poco nos vamos dando cuenta de la realidad de los cambios que se van produciendo en nuestra vida.
Atención a estos síntomas:
- Se altera nuestra dinámica familiar
- Sensación de tener que ocuparnos de dos casas diferentes
- Nuestro tiempo se reparte entre nuestra familia y nuestros padres diariamente
- Asumimos cada vez más responsabilidades
- Nos desatendemos a nosotras mismas…
Si no sabemos resolver satisfactoriamente estos cambios, podemos caer en el síndrome del cuidador. La persona que lo padece se siente desbordada física y emocionalmente, “quemada” por la situación, presenta inestabilidad emocional, cambios de humor, tristeza, ansiedad, dificultades para dormir, dolores, pérdida de apetito, irritabilidad, menos paciencia y aparecen conflictos y enfrentamientos con otros miembros de la familia o con el resto de cuidadores.
Debemos ser realistas y mantener un espacio propio para nosotros porque no sabemos cuánto tendrán que durar nuestros cuidados
La sensación de deber y de obligación lleva a muchas personas a no permitirse tiempo de ocio: “cómo voy a salir y a dejar a mi madre en casa, ¿y si le pasa algo cuando estoy fuera?”, “es egoísta dedicar tiempo para mí estando mi padre enfermo”, “cuando yo era pequeña mi madre no salía con sus amigas ni iba a trabajar cuando tenía que cuidarnos”, “cómo voy a salir a disfrutar estando mi padre como está”, o en el peor de los casos “qué va a pensar mi familia, qué dirían de mí si se enteran que me he ido con mis amigas y he dejado a mis padres este fin de semana”.
Debemos ser realistas, ¿cuánto tiempo puedes mantener esta situación? El cuidado de tus mayores puede durar años. Si te mantienes sin tiempo para ti, para tener ilusiones y planes de futuro (incluso a corto plazo, para este fin de semana), sin ver a tus amigos ni tener actividades de ocio, si todo es obligación… Al final serás tú quien necesite ayuda.
Fuente: Alicia Jiménez, psicóloga