Hábitos saludables que nada tienen que ver con matarse en el gimnasio

No se trata, como decimos en el titular, de matarse en el gimnasio ni tampoco de obsesionarse con un tipo de alimentación o con atiborrarse a suplementos; hay mucho que hacer por eso que llamamos salud en gestos sencillos y te lo vamos a contar. 

Para llevar una vida saludable sin hacer grandes proezas, es primordial centrar la atención y la energía en los hábitos. Bienestar es la palabra. Si pensamos en el bienestar físico, a veces somos un poco reduccionistas y nos empeñamos en recurrir solo al combo alimentación + ejercicio, pero hay otros dos igual de importantes que, de hecho, suelen ser los responsables de que se cumplan estos dos primeros y son el correcto descanso nocturno y el manejo saludable del estrés(físico y emocional).

Los buenos hábitos

Si hablamos de hábitos no saludables, ya se entiende que nos referimos a todos aquellos que resultan tóxicos para la salud física y mental: tabaco, alcohol, drogas y otras adicciones. Pero centrémonos en los saludables, que podemos enumerar desgranando las diferentes facetas que hay en el concepto de salud que define la OMS: bienestar físico, mental y social.

• En el bienestar físico están: alimentarse de forma saludable y equilibrada, realizar ejercicio diario, tener una vida activa y dormir bien y suficiente. También aquí estaría saber lidiar con la posible ansiedad, en el caso de padecerla.

• En el bienestar mental podríamos encuadrar: el correcto manejo del estrés (físico y emocional) y de las emociones negativas, además del cultivo de aficiones, el desarrollo de las propias capacidades y vocaciones y cuestiones por el estilo.

• En el bienestar social se juntan conceptos variados como: vivir en un entorno donde dar y recibir afecto, tener relaciones de pareja saludables, cuidar y ser cuidado y poder disfrutar y compartir momentos de felicidad provenientes de las pequeñas cosas.

6 formas prácticas de seguir unos buenos hábitos

1. El ejercicio físico diario es básico para mantenerse cuerdos y funcionales. Por el contrario, el sedentarismo está detrás de muchas patologías crónicas habituales. Trata de encontrar una actividad o deporte que te motive o, al menos, sal a caminar todos los días escuchando la radio, tu música o un podcast interesante.
2. Mantener la salud mental es básica en todas las edades, cuando llegan cambios en el ritmo de vida o en las prioridades personales y laborales. Si no te sientes bien, acude a un profesional sin pensarlo.
3. El descanso nocturno tiene que ser prioridad porque es el garante de que se lleve a cabo la correcta alimentación, el ejercicio y el buen manejo del estrés. Preocúpate por dormir, al menos, siete horas cada noche y hazlo de la forma correcta para obtener todos los beneficios: Establece patrones de sueño, levantándote y acostándote a la misma hora todos los días, en la medida de lo posible. Cena pronto y de forma ligera, sin beber alcohol ni cafeína. Deja a un lado los dispositivos y otras pantallas, al menos, una hora antes de acostarte. Intenta apagar todas las luces, usa ropa de algodón (en el pijama, pero también en las sábanas) y mantén la habitación a una temperatura no demasiado alta.
4. Persigue que tu forma de alimentarte sea variada y equilibrada, con platos que contengan una proporción correcta de alimentos vegetales, proteínas suaves y grasas saludables. Cocina por placer, sin prisa, y come atendiendo al cuerpo, escuchando sus señales de apetito y saciedad, sin obsesionarte.
5. Busca, como dice la Dra. Rojas Estapé, psiquiatra y autora de libros de gran éxito, a tu persona vitamina, esa capaz de bajar tu cortisol y producir millones de endorfinas con solo un abrazo de ocho segundos. Si sientes soledad, trata de buscar en tu entorno mejores conversaciones, más abrazos, encuentros positivos…
6. Encuentra un propósito en tu vida que no sea laboral. Algún buen gesto humanitario, por el medio ambiente, por tu comunidad o por tus seres queridos. El retorno que obtendrás de ese pequeño esfuerzo supondrá toneladas de bienestar, no lo dudes.