TENA
Logo

Home Mujer y bienestar Psicología El síndrome del nido vacío

El síndrome del nido vacío

Psicología


síndrome nido vacío
58 37165

Cuando los hijos se independizan y se van de casa, es normal que nos sintamos desubicadas o tristes. Necesitaremos un tiempo para volver a recolocarnos. Si estáis en esta situación, os damos las claves para darle la vuelta.


Compártelo con tus amigas:

Los hijos ocupan gran parte de nuestro tiempo y de nuestros pensamientos. Durante muchos años son el punto desde el que gira nuestro día a día. Les atendemos, les cuidamos, estamos pendientes de lo que necesitan, compartimos la misma casa, nos hacemos compañía mutuamente, charlamos, nos divertimos… Cuando nuestros hijos ya son adultos este tiempo juntos se reduce y nuestro papel como madres se vuelve menos activo, pero sabemos que vendrán a comer o a dormir y que les veremos diariamente. Y sin darnos casi cuenta, un día se van.

En ese momento podemos sentir que hemos perdido una parte de nosotras mismas, parte de nuestra misión o de nuestros objetivos vitales, entre los que estaba “sacar a mis hijos adelante”, “cuidar de ellos” o “estar pendiente de sus cosas”. La casa está más silenciosa, sabemos que pueden pasar varios días sin verles, llegamos a pensar incluso que somos menos importantes para ellos y comenzamos a sentirnos algo más tristes o desubicadas.

Tu rol de madre no ha terminado, sólo se ha modificado. Ahora es el momento de potenciarte a ti misma

A este conjunto de emociones y pensamientos se les conoce como el “síndrome del nido vacío”, que es un periodo en el que tenemos que volver a recolocar nuestras prioridades, redefinir nuestros roles y a nosotras mismas en función de otros aspectos.

Claves para afrontar el nido vacío

Por supuesto, estos síntomas son normales y no suceden en todos los casos, pero si éste es el tuyo toma nota de estos consejos:

  1. Dale la vuelta a tu pensamiento: cuando te descubras pensando en ti y en lo que echas de menos tu vida en casa con tus hijos, enfoca tu pensamiento en ellos. Piensa en lo afortunados que son de poder independizarse, y el gran papel que has jugado tú en ello. Si lo piensas, ¿cuál es la función de los padres? que nuestros hijos sean independientes y que puedan crear su propia vida y tomar sus propias decisiones. Y eso lo habéis conseguido.
  2. Haz una lista de todo lo que hace tiempo querías hacer y has estado posponiendo porque “tenías que estar en casa”, “tu hij@ comía a tal hora”… Tal vez en un primer momento no tengas ganas de emprender esas actividades, pero así comenzarás a pensar en proyectos que te ilusionan para después atreverte a dar un paso adelante e iniciarlos.
  3. Habla con tu pareja: Aunque es más común entre las mujeres, los hombres también lo viven y en algunos casos puede que no lo sepan expresar de igual manera. Hablad sobre lo que sentís cada uno y sobre todos aquellos planes que también teníais pendientes. Si no lo habéis hecho hasta ahora, éste es el mejor momento para comenzar de nuevo a recuperaros como pareja y no estar anclados sólo en el papel de padres.
  4. Utiliza un tiempo en pensar en ti: Quién eres, cuáles son tus roles más allá del de madre y cuáles de ellos has dejado a un lado y te gustaría recuperar.
  5. No esperes sólo a que tus hijos te llamen para venir a casa. Programa tú una reunión familiar y pasa del rol pasivo a un rol activo. Habla con ellos. Podéis llegar a acuerdos e incluso decidir que no puede pasar más de un mes sin veros y comer junt@s.

Recuerda: Tu rol de madre no ha terminado. Sólo se ha modificado igual, que ha ido evolucionando con el tiempo, desde que tus hijos eran pequeños hasta ahora. Potencia el resto de ti misma. Sigues siendo madre, y también eres mujer.

Fuente: Alicia Jiménez, psicóloga

Te puede interesar...

Compártelo con tus amigas:
Centrada en ti