Los estrógenos protegen nuestro corazón y tienen benefician la capa interna de las paredes arteriales, pues ayudan a mantener flexibles los vasos sanguíneos. Por eso, la menopausia, etapa durante la que dejamos de producir esta hormona, nos hace más propensas a sufrir enfermedades cardiovasculares.
Además en esta etapa se alteran algunos de los factores de riesgo cardiovascular, como el aumento de la presión arterial, los niveles de LDL o colesterol “malo” y la disminución de los de HDL o “bueno”. También pueden aumentar los triglicéridos.
Si durante la madurez llevamos un estilo de vida sano, podremos prevenir complicaciones graves como ataques cardiacos, o accidentes cerebrovasculares. No olvidemos que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad femenina en España y una de las más frecuentes en la mujer española tras la menopausia.
Factores de riesgo
Cuando llegues a la menopausia, nuestra primera recomendación es que acudas al médico a hacerte un chequeo completo. Aprovecha esa consulta para informarte de los factores de riesgo coronario más importantes, aunque aquí te los adelantamos:
- El tabaquismo
- El sobrepeso
- Los niveles de colesterol LDL elevados
- La hipertensión arterial (HTA)
- La diabetes mellitus.
En el caso de los dos últimos se observa una mayor incidencia en las mujeres que en los hombres. En el resto, dado que la mayoría de los problemas cardíacos se pueden prevenir con educación y haciendo cambios en el estilo de vida, tú puedes poner mucho de tu parte.
Reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular:
Es importante que en este momento de tu vida evites factores de riesgo como la inactividad física y que cuides tu corazón adoptando algunas sencillas medidas como las siguientes:
- Elimina el tabaco de tu vida.
- Realiza actividad física moderada de forma regular. Si no eres deportista, basta con caminar activamente media hora al día.
- Mantén una alimentación sana y equilibrada: la dieta debe ser rica en alimentos con calcio cardiosaludable; evita el consumo de bebidas alcohólicas y el exceso de café; disminuye la ingesta de calorías al final del día, sobre todo en la cena, y potencia el desayuno.
- Controla tus niveles de glucosa en sangre.
- Mídete la tensión arterial con regularidad.
- Mantén a raya el colesterol.
- Y, sobre todo, hazte un chequeo al menos una vez al año.
Como has podido ver, no hay fórmula mágica: la clave está en una dieta equilibrada, hacer ejercicio y eliminar los tóxicos de tu vida. ¿Te animas?
Como has podido ver, no hay fórmula mágica: la clave está en una dieta equilibrada, hacer ejercicio y eliminar los tóxicos de tu vida. ¿Te animas?