La capacidad de gratitud y de admiración de la belleza son dos de las virtudes que destacan en el hecho de ser mujer. Y no lo decimos nosotras. Existen estudios que lo afirman, entre los cuales destaca el de Ruch et al (2010) titulado TheValuesin ActionInventory ofStrengths, que es una revisión de uno anterior realizado en Alemania y fue publicada en el Journal of Individual Differences (revista académica de psicología de la personalidad editada por Hogrefe Publishing.Higher). En sus conclusiones dice, literalmente: “Las mujeres destacan por encima de los hombres en capacidad de amar, en amabilidad, en apreciación de la belleza y en gratitud”.
Ser mujer y ser feliz
Por tanto, si las mujeres destacamos en algo tan importante como saber agradecer no es casualidad que seamos más capaces de disfrutar de las pequeñas cosas que hacen de esta vida una existencia más feliz. Dicen que las personas que se esfuerzan en vivir plenamente el momento presente se sienten más satisfechas y felices. Estrategias contra la ansiedad como el mindfulness nos han enseñado que sentir una excesiva nostalgia del pasado, agobiarse con el futuro, preocuparse por retos de la vida que no sabes si algún día se presentarán -o que ya pasaron y no tienen arreglo-, provoca mucho malestar y un bajo estado de ánimo.
Por ello, debemos tener en cuenta que el presente es el único sitio donde se puede llevar a cabo eso que llamamos celebrar la vida.
Los retos de la vida (a nuestra edad)
La llegada de la menopausia puede suponer un desafío para las mujeres. Nos enfrentamos a cambios físicos y emocionales y a retos como, sin ir más lejos, lidiar con la incontinencia urinaria. Una vez más, debemos tener muy presente que somos fuertes, que como mujeres contamos con una dosis enorme de fortaleza y optimismo para afrontar las crisis y también tenemos más arraigados en la personalidad, como decíamos, la capacidad de apreciar la belleza y la de mostrar gratitud por lo que tenemos.
Esto nos lleva a una sencilla pero eficaz estrategia: no solo debemos celebrar la vida recordando en el Día de la Mujer que somos fuertes y no se nos pone nada por delante ni en lo personal ni en lo laboral, sino que somos capaces de disfrutar de celebrar la vida frente a los retos vitales que se nos presentan, por complicados que sean.
Más allá de la resiliencia
Cuando llegan momentos malos que hacen tambalearse nuestro equilibrio emocional y nuestro bienestar, hay que saber transitarlos. Y en eso las mujeres tenemos un master personal: Se llama resiliencia y su práctica nos ha enseñado, a base de experimentarlo, que podemos permitirnos dar espacio a cualquier emoción, sea rabia, tristeza, frustración… y transitarla sin dejar que nos vuelque.
Para ello, parece fundamental, frente a los retos de la vida, tener muy a mano en la conciencia todas aquellas cosas por las que somos afortunados y aprender a disfrutar con los cinco sentidos de pequeños momentos de felicidad sin perder nunca de vista que esa felicidad se multiplica cuando se comparte.
Cómo celebrar la vida
La vida está llena de formas de celebrar la vida que son muy grandes y, a la vez, pequeñas. Un hombre de ciencia como Albert Einstein llegó a decir que «solo hay dos maneras de vivir tu vida. Una de ellas es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro». No podemos estar más de acuerdo.
Ser capaz de celebrar la vida en las pequeñas cosas es darse cuenta que ese milagro del que hablaba el científico no es precisamente que se abran las aguas a nuestro paso, sino que puede darse en breves momentos del día a día. Y el caso es que se da, pero hay que saber detectarlo para vivirlo con intensidad en el aquí y ahora.
Una increíble puesta de sol que ves por el retrovisor cuando vuelves cansada del trabajo, que suene una canción y te lleve por unos minutos a un momento feliz de tu vida, el tacto suave del pelo de tu perro tumbado contigo en el sofá, el abrazo al llegar a casa, el primer sorbo de café al despertar… Son breves instantes de felicidad que invitan a concluir que, si sabemos disfrutar de lo más pequeño y cotidiano, por desafiantes que sean los retos de la vida, seguiremos siendo fuertes y podremos seguir celebrando la vida.
Estemos pendientes de vivir estos pequeños momentos de felicidad, también en la etapa de la menopausia y, pese al obstáculo que puedan suponer algunos cambios como la incontinencia urinaria, elijamos centrarnos en todo lo bueno que nos rodea. Porque, como dijo el genial escritor ruso, autor de la célebre novela Crimen y castigo, Fiódor Dostoievsky, «el hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías». A por ello. Feliz Día de la Mujer.