TENA
Logo

Home Mujer y bienestar ¿Flacidez en la barriga? Cuida tu cuerpo sin obsesiones ni presión

¿Flacidez en la barriga? Cuida tu cuerpo sin obsesiones ni presión

Mujer y bienestar


0 1319

La flacidez abdominal es común entre las mujeres a medida que pasan los años. Descubre en este artículo cómo mejorar tu físico de forma saludable.


Compártelo con tus amigas:

La flacidez en la barriga es una realidad que muchas mujeres enfrentan con el paso del tiempo. No es solo una cuestión estética; tiene que ver con cómo cambia el cuerpo, cómo se adapta y, sobre todo, cómo lo habitamos. Lejos de promesas milagrosas, comprender sus causas y las formas sanas de abordarla puede ser un primer paso hacia sentirnos bien en nuestra propia piel.

¿Por qué aparece la flacidez abdominal?

Con los años, la piel pierde colágeno y elastina, dos proteínas clave para mantener la firmeza. A esto se suma que los músculos abdominales también pueden perder tonicidad, especialmente tras el embarazo, cambios bruscos de peso o simplemente por el sedentarismo.

Las hormonas juegan un papel fundamental. Durante la perimenopausia y la menopausia, la disminución del estrógeno impacta directamente en la elasticidad de la piel y en la distribución de la grasa corporal, favoreciendo su acumulación en la zona del abdomen.

Pero más allá de las causas fisiológicas, también hay factores emocionales y de estilo de vida que influyen: el estrés, el descanso irregular, la falta de actividad física o una dieta pobre en nutrientes pueden acentuar la flacidez en la barriga.

Más allá del espejo: cambiar la conversación

Durante años, los mensajes dirigidos a las mujeres han reforzado la idea de que debemos «combatir» la flacidez o «recuperar» esos cuerpos ideales que tanto idolatran revistas o la televisión. Sin embargo, hay otra forma de mirar este proceso: desde el autocuidado y sin presiones.

Aceptar los cambios del cuerpo no significa resignarse, sino reconocer que merece atención y respeto, incluso cuando no se ajusta a las expectativas externas. Buscar mejorar la firmeza abdominal puede ser un acto de autocuidado, siempre que no parta de la culpa o la exigencia, sino del deseo de sentirse bien con una misma.

¿Qué se puede hacer para mejorar la flacidez en la barriga?

Sin necesidad de obsesiones, hay estrategias muy sencillas que ayudan a fortalecer la zona abdominal y mejorar la calidad de la piel.

  1. Ejercicio regular y suave: actividades como pilates, yoga o caminatas a buen ritmo fortalecen la musculatura profunda del abdomen. No se trata de hacer abdominales a todas horas, sino de integrar más movimiento en nuestro día a día.
  2. Hidratación y nutrición consciente: una piel hidratada es una piel más elástica. Beber agua, incluir grasas saludables (como las del aguacate, los frutos secos o el aceite de oliva) y consumir proteínas de calidad ayuda a mantener el tejido firme desde dentro. También vale la pena prestar atención a los azúcares añadidos y ultraprocesados e intentar moderar su consumo, sobre todo por salud, pero practicando una alimentación consciente y comiendo de todo, disfrutando de los planes fuera sin remordimientos.
  3. Masajes y cuidado de la piel: los masajes con cremas reafirmantes o aceites naturales activan la circulación y mejoran el tono de la piel. Hay productos formulados específicamente para zonas con tendencia a la flacidez, pero la mejoría viene de la constancia, no es necesario gastar demasiado en ello.
  4. Descanso y manejo del estrés: dormir bien y reducir el estrés tiene un impacto directo en la salud hormonal y en la apariencia de la piel. Cuando el cuerpo descansa, se regenera. Y cuando la mente se calma, todo el organismo responde.
  5. Postura y conciencia corporal: a veces, una pequeña corrección en la postura puede hacer que el abdomen se vea y se sienta diferente. Practicar respiración abdominal o ejercicios de suelo pélvico también puede contribuir al tono general de la zona.

Flacidez en la barriga: una firmeza que también es emocional

La flacidez en la barriga no solo se trata con ejercicio y cremas. Muchas veces, lo que realmente necesita firmeza es la relación con una misma. Aceptar que el cuerpo cambia y aprender a mirarlo con más amabilidad puede tener efectos mucho más duraderos que cualquier tratamiento estético o dieta a corto plazo.

Esto no significa dejar de buscar mejorar, sino hacerlo desde otro lugar. Hay un equilibrio posible entre aceptar y cuidar y hay que aprender a sostenerlo y motivarnos mientras practicamos gratitud por lo que ya tenemos.

Tomarse el tiempo para entender lo que el cuerpo necesita, moverse por placer, alimentarse mejor y darse espacio para descansar es una forma de reafirmarse, en todos los sentidos. La barriga puede haber cambiado, pero eso no borra todo lo que ese cuerpo ha vivido, creado o sostenido.

La conversación sobre la flacidez abdominal no tiene por qué estar teñida de vergüenza o una necesitad de cambio inminente. Puede ser una oportunidad para reconectar con nosotras mismas, no como un proyecto a mejorar, sino como un espacio a ponernos como prioridad, cuidarnos más y sentirnos mejor con el paso de los años.

Te puede interesar...

Compártelo con tus amigas:
Centrada en ti