Trucos para una piel radiante, sin que la edad importe

¿Existe la piel perfecta?

Luminosa, sin manchas ni imperfecciones o con los poros visibles y bien hidratada, además de correctamente nutrida. Así es la piel bonita. Tersa y luminosa. Pero no te vengas abajo pensando que esto es algo propio de la juventud y que ya no volverá. Aunque las arrugas y la firmeza son importantes para considerar una piel bonita, se ven mujeres con arrugas y algo de flacidez que tienen una piel de una calidad fantástica. Eso es porque la cuidan para que esté sana. Y porque la protegen.

La salud es el indicador principal de una piel radiante y, amigas, la piel no necesita tanto para estar sana. Solo ha de mantenerse limpia, protegida del sol y con su dosis de nutrición e hidratación justa. De esta forma, su barrera protectora está a tope y no deja que las rojeces, la deshidratación y el tono desigual hagan acto de presencia.

Trucos básicos para una piel radiante

La piel radiante, como decimos, es una piel sana con un tono bonito, una textura suave y una luz propia, no necesariamente exenta de arrugas o flacidez. ¿Quieres que la tuya cumpla las condiciones de la piel radiante? Manos a la obra. Aunque tu programa de cuidados en casa sea sencillo, lo más importante es crear el hábito, es decir, darle lo básico cada día y cada noche y saber que hay algunos trucos para potenciar la luminosidad, el tono bonito y la textura suave.

Limpieza diaria innegociable para tu piel

Aquí empieza todo. Es imposible que una piel se vea bonita si está sucia y debes tener en cuenta dos condiciones importantes: la frecuencia (dos veces al día) y el producto adecuado (a nuestra edad, de textura oleosa). La piel se limpia por la mañana para retirar el exceso de sebo, de cremas o sueros nocturnos y de células muertas que suelta la piel tras la renovación celular que realiza mientras duermes y también antes de acostarte para retirar maquillaje, filtro solar, restos de suciedad, polución, polvo, etc. acumulados durante el día.

Usa una leche, un aceite, una manteca o un limpiador sin jabón y hazlo de manera exhaustiva, pero sin agredir. Si, por comodidad, quieres lanzarte al agua micelar, asegúrate de que sea una con propiedades anti-edad y que, después de aclararla –si la que has comprado lo necesita-, te hidrates la piel rápidamente. A nuestra edad la hidratación es un bien muy preciado y el agua del grifo es una de las cosas que más deshidrata.

Exfoliación periódica para las impurezas

Cualquier superficie pulida está siempre más bonita. Exfoliar suavemente la piel ayuda a que se regenere más rápido, eliminando impurezas y céhttps://centradaenti.es/como-afecta-la-menopausia-a-cada-tipo-de-piel/lulas muertas. El resultado, una piel más suave y con mejor textura. Con hacerlo una vez a la semana es suficiente e, insistimos, es fundamental llevar a cabo esta operación sin agredir, con un producto suave (mejor si es un exfoliante de los llamados enzimáticos) y, justo después de aclararlo, hidrata la cara correctamente.

Hidrátate sin descanso

Que la piel no pierda agua, sobre todo en un momento de la vida en que tiende a mostrarse más seca por el bajón hormonal, es un pilar básico para que la piel se vea radiante. Su luminosidad y vitalidad dependerá del grado de hidratación y nutrición. Usa sueros y cremas con componentes muy hidratantes como el ácido hialurónico y la manteca de karité o el pantenol, combinadas con ingredientes nutritivos como las ceramidas, y otros iluminadores y antioxidantes como la vitamina C y calmantes como la niacinamida.

Regálale algunos pluses a tu piel.

Una mascarilla nutritiva a la semana, unas ampollas de vitaminas de proteoglicanos de vez en cuando… Recuerda que, cada noche, desde la comodidad de tu cuarto de baño, puedes trabajar arrugas y manchas, además de la flacidez, con sueros a base de ácidos de los llamados transformadores: retinol, ácido glicólico, ácido láctico… Eso sí, para no irritar, combínalos con una buena crema tipo cica o rica en ceramidas. En el centro de estética, la farmacia o la perfumería sabrán ayudarte.

Una piel más radiante gracias a los efectos especiales

Cómprate preparadores de la tez, iluminadores, bases de maquillaje, etc. Una piel unificada, con los poros bien pequeñitos y las manchas y marcas ocultas es una piel indudablemente más radiante. Úsalos sin complejos, están para eso. Por ejemplo, existen los llamados primers que ocultan la apariencia de los poros dilatados, los correctores que de forma casi mágica ocultan tus manchitas, bases de maquillajes con pigmentos reflectores de la luz que hacen que la luminosidad se refleje en todas las direcciones (sin brillar, por supuesto), etc. La oferta es infinita.

Y no te olvides…

Una vez conocidos todos estos trucos de belleza para una piel radiante, recuerda: la belleza está en el interior, como cantaba Mrs. Potts en La Bella y La Bestia, así que cuida lo que comes y lo que bebes. Además, haz lo posible por dejar de lado hábitos como fumar y tomar el sol en exceso. Recuerda que los radicales libres están ahí, siempre dispuestos a activar la oxidación para deshidratar y manchar y arrugar tu piel. No merece la pena.