La flacidez facial es una consecuencia del descenso de estrógenos que no viste venir
Belleza
Parte por el paso del tiempo, parte por los hábitos adquiridos a lo largo de la vida, la piel va perdiendo firmeza hasta verse descolgada pero es posible proteger el colágeno que sostiene el rostro y dar esquinazo a la flacidez facial siguiendo una rutina de belleza adecuada.
Conocemos muchos de los efectos que la bajada de estrógenos causa en nuestro organismo. Uno de ellos afecta a la piel y es la pérdida de densidad y consecuente falta de firmeza cutánea o, en otras palabras, la flacidez facial. ¿Y eso por qué?
Sabemos que, a medida que vamos envejeciendo, el colágeno presente en nuestra dermis (responsable de la turgencia de nuestra piel) se va perdiendo, a un ritmo de aproximadamente un 2% anual, si hablamos de colágeno tipo I y III, los implicados en la piel. Pero esta pérdida se acelera con la llegada de la menopausia, en la que se pierde un 30% del colágeno durante los cinco primeros años. Los estrógenos, entre sus múltiples funciones, tienen la de formar estas fibras que aportan tensión y elasticidad a la piel. Cuando la piel ya no fabrica al mismo ritmo y con la misma calidad y, encima, se expone a que factores externos lo degraden, la flacidez facial es inevitable.
Qué es la flacidez facial
Podríamos definir la flacidez en la cara como el estado que toma su piel cuando le falta firmeza porque las estructuras de sostén se están debilitando. Esto trae como consecuencia un óvalo que ha perdido tensión en la zona mandibular, descolgamiento de la zona del cuello, piel como que se despega y, en general, facciones desdibujadas.
El colágeno y la elastina son los encargados de mantener el sostén del rostro, los que hacen que la piel esté firme, por eso cuando empiezan a degradarse –algo que se acelera en torno a los cincuenta años- la estructura se debilita y entra en escena la flacidez facial.
Qué causa la flacidez facial
La flacidez facial es consecuencia directa, como decimos, de la pérdida de colágeno en la piel del rostro, un proceso fisiológico que ocurre con el paso del tiempo y también debido a ciertos factores, entre ellos, la mencionada falta de estrógenos, una de cuyas funciones es la formación de estas fibras. Otros factores son la excesiva exposición al sol, el consumo de tabaco, el contacto diario con la polución, entre otros, todos ellos causantes de estrés oxidativo.
De hecho, aunque la degradación del colágeno se produce más deprisa y su formación se ralentiza y hace defectuosa a medida que cumplimos años, esto solo afecta al proceso un 20%. El 80% restante se debe a esos otros factores endógenos y exógenos. Por tanto, aunque la menopausia sea un proceso inexorable, hay mucho que podemos hacer para proteger esta importante proteína cutánea.
¿Se puede prevenir la flacidez facial?
En cierta medida, sí. Si tenemos en cuenta que la exposición excesiva al sol, y la consecuente formación de radicales libres, causan que el colágeno se degrade, una buena estrategia durante toda la vida, a reforzar llegada cierta edad, es la protección solar diaria. ¿Objetivo? Menos flacidez facial a los 40. Esta protección ha de ser de amplio espectro (contra rayos UVA, UVA, infrarrojos y luz visible), de un factor 50+ y dentro de una fórmula que contenga antioxidantes, para reforzar aún más el escudo.
Además, se pueden paliar los efectos de estrés oxidativo en las células y, por tanto, ralentizar la llegada de la flacidez facial a los 50 mejorando el descanso, evitando el estrés y los tóxicos como el tabaco y el alcohol. Por supuesto, otra forma de evitar el envejecimiento de las fibras de colágeno (y tener mayor flacidez facial a los 60) es cuidar la alimentación, concretamente evitar los picos de glucosa constantes por un consumo excesivo de azúcar. Estos subidones trae consigo un proceso llamado glicación por el cual las moléculas de azúcar que circulan por la sangre se quedan como pegadas a las proteínas de la elastina y el colágeno, haciendo que se endurezcan y se partan, lo que redunda en un claro deterioro de la estructura de sostén del rostro.
Cuatro síntomas de la flacidez facial
En la menopausia no solo hay una disminución de la producción de colágeno (y un empeoramiento de la calidad del mismo), también hay falta de hidratación, por eso se da un afinamiento de la densidad cutánea y se marcan las arrugas. La pérdida de firmeza también hace evidente otras muestras del paso del tiempo:
- Cierto descolgamiento, que se aprecia sobre todo en la parte inferior del rostro y cuello. Hay una pérdida de definición de la línea mandibular.
- Como el cuello soporta el peso del descolgamiento facial, la situación a veces se complica con la aparición de la papada.
- La falta de estructura de sostén hace que las facciones se desdibujen, marcando las arrugas que más tristeza transmiten: surcos nasogenianos y arrugas de marioneta.
- La flacidez también marca las ojeras y bolsas de los ojos.
Por todo esto, y de cara a llevar a cabo a diario un buen tratamiento de flacidez facial es importante comportarse con el cuello como hacemos con el rostro, cosméticamente hablando: limpiarlo, hidratarlo correctamente, aportarle activos anti-flacidez (de los que hablamos ahora) y, por supuesto, protegerlo del sol los 365 días del año.
Tratamiento de flacidez facial: es fácil ganar firmeza si sabes cómo
Aunque recurrir a la cosmética es la primera salida siempre en el cuidado de los signos de la edad, hay que tener en cuenta que es sobre todo preventiva. En el caso de la flacidez facial, sus esfuerzos se deben centrar en:
- Proteger la piel del estrés oxidativo que destruye el colágeno presente en la piel. SPF muy alto de amplio espectro y sueros antioxidantes a base de vitamina C, E, ácido ferúlico, idebenona o polifenoles de la uva, por ejemplo.
- Aplicar sueros, cremas y mascarillas ricos en péptidos de colágeno, los ingredientes activos cosméticos que mejor han demostrado su eficacia evitando el problema de la flacidez facial.
Los péptidos en cosmética son capaces de estimular el colágeno de la piel, reduciendo arrugas y mejorando su apariencia y ayudando a reafirmar la piel. Tienen su función antioxidante también, por lo que son escudo contra el estrés oxidativo. Por último, muy útil cuando hablamos de piel en menopausia, mejoran la retención de humedad en la piel, lo que ayuda a mantenerla hidratada y suave.
Por otro lado, en las consultas de medicina estética disponen de tratamientos muy eficaces que ofrecen buenos resultados para paliar la flacidez facial. Cuando esta todavía es moderada pueden ser infiltraciones de compuestos híbridos (ácido hialurónico con hidroxiapatita cálcica, por ejemplo), aparatología capaz de inducir la formación de colágeno para tensar de inmediato y mejorar la textura.
También cierto tipo de láseres y mesoterapias de ácido hialurónico reticulado son ideales para pieles que han perdido soporte y tienen efecto como de vacío. Por último, siempre está la radiofrecuencia con microagujas para casos en los que se requiera estimular el colágeno, tensar y eliminar arruguitas.
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