Convierte el estrés en algo positivo
Psicología
Tienes las herramientas para lidiar con la ansiedad y el estrés para que afecte positivamente a tu salud y a tu vida.
La ansiedad y el estrés se suelen percibir como algo negativo. Pero es cierto solo en parte, pues hay personas que lo evalúan como algo beneficioso que les ayuda a convertir esos nervios en energía para ser más creativos y estar más concentrados.
Es un hecho: el estrés tiene mala reputación. Basta con poner esa palabra en una búsqueda de Google para que los primeros resultados sean siempre los mismos: ¿cómo reducirlo?, ¿cómo lidiar con la ansiedad?, ¿cómo esquivar la depresión?… Pero, ¿el estrés es realmente tan malo? Lo cierto es que no tanto, si se sabe gestionar y aprovechar los beneficios que tiene.
Lo primero que habría que decir es que el estrés es una reacción que emite el cuerpo humano, ante un suceso inesperado que requiere toda nuestra atención. A corto plazo puede hasta estimular tu sistema inmunológico, hacerte más sociable, impulsar el aprendizaje o mejorar la memoria. Así que ¿por qué no buscar lo positivo?
Años de estudio
Es algo muy estudiado y con base científica. Una gran investigación de la Universidad de Wisconsin-Madison sorprendió a muchos la pasada década. Cerca de 30.000 personas participaron en un trabajo durante 8 años, cuyo resultado fue que nuestra visión del estrés afecta a nuestra salud mucho más que el propio estrés. Si piensas que el estrés siempre es malo para ti, entonces tu predicción se hará realidad.
Pero si por el contrario crees que el estrés te puede ayudar, te energiza, te desafía y te pone en marcha, encontrarás muchos beneficios. Sin ir más lejos, vivirás más. Según los resultados del trabajo, las personas con una visión positiva del estrés vivieron muchos años más que aquellas con una visión negativa del estrés. Sorprendente, ¿verdad?
¿Cómo surge el estrés?
El estrés es una combinación de nuestra percepción de estar bajo presión o afrontando un peligro, con la respuesta que le sigue. Puede desencadenarse por todo tipo de cambios físicos y mentales (conocidos como “estresores”) derivados de lo que surge a nuestro alrededor y que consideramos un desafío o una amenaza.
Cuando aparecen esos momentos, tenemos una respuesta natural de estrés que se activa. Nuestro sistema nervioso y endocrino toma el control, a medida que el cuerpo trata de protegerse preparándolo para luchar o huir de un peligro o amenaza. Algunas funciones corporales se sobrecargan mientras otras se interrumpen, dejando la mente y el cuerpo fuera del equilibrio normal al que estamos acostumbrados. Los cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales tienen lugar en un instante, ya que nuestro sistema de advertencia interno nos dice que ahora es el momento de defendernos o buscar seguridad en otro lugar (físico o mental).
El estrés como algo positivo
Pero el estrés no es necesariamente algo malo. Nuestra respuesta a él existe como un sistema útil para protegernos. Puede ayudarnos a evitar un accidente o cumplir con un plazo ajustado. A veces, el estrés puede ser bueno para nosotros porque puede ayudarnos a superar el momento que afrontamos de manera más efectiva. ¿Recuerdas ese momento en el que el estrés te llenó de esa energía y adrenalina que nunca supiste que tenías, como correr rápido para buscar ayuda o salir de un apuro importante con una idea ingeniosa?
La forma en que procesamos y damos sentido a lo que sucede, a nuestro alrededor y en nuestro propio interior, puede ayudar o dificultar el ciclo del estrés. Y una forma útil de manejarlo es reconocer que algo de estrés es bueno. La diferencia es que este tipo de estrés surge como resultado de nuestras acciones, en una especie de viaje de autodescubrimiento y ambiciones. Lo tienes bajo control cuando eres tú (y no él) quien decide si seguir adelante o retroceder.
¿Cómo convertir el estrés en algo positivo?
Hay varias rutinas que te van a ayudar a gestionar correctamente el estrés y convertirlo en algo positivo para tu vida. Apunta estas:
- Construye un muro antiestrés: cuando surjan los pensamientos estresantes, usa la imaginación activa para combatirlos. Piensa en la preocupación rebotando en una gran pared impenetrable en tu mente y alejándose de tu atención inmediata.
- No especules: la mayoría de los pensamientos preocupantes nunca suceden, es un hecho. No te pongas en el peor de los escenarios. Al contrario.
- Rodéate de personas positivas: intenta pasar más tiempo con personas que tendrán una influencia positiva en tu bienestar. Os vais a retroalimentar.
Empieza por ti
- Ponte límites: no se puede llegar a todo. Aprende a delegar y a descartar las cosas que te generan estrés. No lo veas como una derrota.
- Concéntrate en lo que quieres: si lo haces, todo gravitará en esa dirección. Escribe tus objetivos y metas en un cuaderno, y concéntrate en ellos descartando lo accesorio.
- Sé agradecida: la falta de gratitud por lo que tienes y por los que te rodean genera pensamientos y sentimientos estresantes. Practícala en lugar de preocuparte por lo que no tienes.
- Cultiva la autoestima: estar estresada te invita a pensar, lo que significa que tienes una opción. Si refuerzas tu sensación de que puedes manejar cualquier cosa que se te presente, te sentirás más segura de afrontar cualquier situación y lograr lo que desees.
Así que ya lo sabes: no dejes que el estrés te controle a ti, sino más bien al contrario. Toma el mando y aprende a utilizar sus efectos positivos. Porque un estrés controlado te permitirá disponer de una meta y enfocarte en ella, te preparará físicamente para reaccionar ante una situación de riesgo o importante en tu vida, te volverá más sensible ante lo que ocurre a tu alrededor y te sacará de tu zona de confort. Tú tienes el control.