Toda la verdad sobre los remedios caseros

Piénsalo bien: Estas prácticas tenían su justificación porque en aquellos tiempos no había una oferta cosmética como la actual. Pero acudir a estos remedios naturales, que durante años se han transmitido de generación en generación, supone una idea muy romántica del cuidado de la piel que, desgraciadamente, ha demostrado no estar exenta de riesgos y, según los dermatólogos, en general, ofrece poca eficacia o ninguna para cuidar la piel como lo necesita.

Si, aun así, la idea de tratar tu piel y tu pelo con lo que tienes en casa te resulta tentadora, atenta a lo que cuentan los expertos en belleza. A veces, el ahorro no compensa. Nuestro consejo es que en la piel solo uses productos específicamente formulados para ella. Evitarás problemas y conseguirás el objetivo perseguido.

Aloe vera directamente de la planta. ¿Sí o no?

Si has veraneado en Ibiza o en Almería, habrás visto mil veces cómo la gente corta trozos de aloe vera para sacar el gel, que aplican directamente sobre la piel. Si bien es cierto que el mejor aloe posible es el que se vende como “100% puro”, también lo es que ese jugo pasa por un proceso de depuración absolutamente necesario para evitar problemas cutáneos en sus variados usos. La aloína o barbaloína, presente de forma natural en la planta, puede llegar a ser tóxica para la piel, provocar irritación y ser la causa de posteriores manchas.

La verdad sobre las mascarillas cutáneas o capilares hechas con comida

Si la cosmética no se come, ¿por qué la comida se pone en la piel? No asimilemos cosas que nada tienen que ver: Que tu suero anti-manchas contenga vitamina C no significa que frotar un limón sobre la mancha haga que esta se aclare. Un ácido de fruta aplicado directamente sobre la piel solo consigue irritar y que esa irritación, a la larga, sea una mancha cutánea complicada de borrar con los procedimientos estéticos más avanzados. Por no decir que la piel, aplicado de esa forma, no absorbe absolutamente nada.

De haber alguna virtud en alguno de los alimentos usados, no se aprovecharía, ya que una buena formulación exige que el activo vaya encapsulado, normalmente, en polímeros que dirigen el principio y lo entregan a las células.

Además, estos mejunjes, aunque se denominen “naturales”, no son intrínsecamente seguros e inocuos. Esta seguridad debe garantizarse de acuerdo con las regulaciones cosméticas de obligado cumplimiento que marca el Reglamento (CE) Nº 1223/2009 de productos cosméticos. Los riesgos de las mezclas hechas en casa son variados y las más comunes son dermatitis irritativas -e incluso alérgicas- por contacto. 

Por otro lado, un potito de frutas hecho en casa y disfrazado de mascarilla facial no incluye conservantes, algo que, lejos de ser bueno (como se defiende a veces en Internet), es malo porque estos son absolutamente necesarios para evitar una contaminación por sobrecrecimiento bacteriano que compromete la seguridad de nuestra piel y mucosas. Tu cocina tampoco cumple las condiciones de un laboratorio, con la desinfección necesaria y tú, salvo que seas química formuladora, desconoces los criterios de estabilidad del cosmético, las incompatibilidades de ingredientes, etc. Que la puedes liar parda, vaya.

La idea de exfoliar el cuerpo con sal, azúcar, arena de playa o café molido

Muchas veces lo hemos hecho y, probablemente, no pase nada por hacerse un peeling casero de vez en cuando. Ahora bien, atenta a los posibles riesgos (que son fácilmente evitables): Si las partículas de azúcar, sal, café, etc. son grandes o tienen aristas pueden crear micro-fisuras y erosiones que normalmente se sobreinfectan. En los exfoliantes mecánicos que se venden en tienda, las partículas exfoliantes han sido perfectamente esferificadasen laboratorio para evitar que irriten la piel.

Si finalmente te decides a hacer el peeling casero, dos claves: que el ingrediente esté lo más pulverizado posible(te puedes ayudar de un molinillo de moler café) y que siempre, ¡siempre! vaya mezclado con un buen producto de hidratación corporal, lo más emoliente posible (mejor una manteca que una loción). Por supuesto, sin frotar con demasiada intención y usando después protección solar alta de amplio espectro. A la mínima heridita, lava y desinfecta. 

Pasar un hielo por la cara para borrar la mala cara… ¿Es seguro?

El frío controlado es magia para la cara de cansancio o hinchada tras una noche de excesos en el plato o la copa, pero “controlado” es la palabra clave. El hielo (o cualquier cosa congelada), aplicado directamente sobre la piel, puede provocar una gran irritación, incluso una quemadura. Si te apetece el frío, asegúrate que lo pones sobre el rostro mediante un paño o algún material que esté perfectamente limpio y aísle la piel de esa temperatura excesivamente baja.

Los famosos pepinos en los ojos

Es cierto que, usado como ingrediente cosmético regulado, el pepino tiene un efecto astringente, y puede calmar y aliviar la hinchazón, además de favorecer la hidratación, pero usar pepino directamente de la nevera te pone en riesgo de infección, blefaritis, conjuntivitis, etc. Sobre los ojos no pongas nada que no esté formulado para ello y, con todo y eso, cuida mucho la higiene.

Lavarse la cara solo con agua: Mal hecho

Que nuestra abuela lo hiciera no quiere decir que ahora mismo no haya mejores opciones. Aunque el agua sea naturalísima, reseca y no limpia. Hace falta un tensioactivo o surfactante para retirar maquillaje, filtro solar, polvo, exceso de sebo o partículas de contaminación. Si el tensioactivo es suave, mejor. Pero solo agua, mejor no.