La caída puede volverse excesiva por diferentes motivos. Los más comunes, durante la menopausia o no, son: dar a luz, padecer una anemia ferropénica, vivir un episodio de mucha tristeza o estrés o, desde hace poco, haber contraído COVID-19. Además, algunas enfermedades endocrino-metabólicas como alteración de la tiroides, hacer una dieta de adelgazamiento demasiado restrictiva o tomar algún medicamento pueden hacer que la aludida cifra de 200 cabellos aumente. “Este efluvio telógeno (o caída anormal) puede darse muchas veces a lo largo de la vida, incluso varias veces a lo largo de un mismo año”, apunta Rocío Escalante, farmacéutica y experta en dermo-cosmética.
En el cambio hormonal que supone la menopausia puede haber una pérdida mayor de cabello, pero sin que tenga que ser algo preocupante o que no tenga remedio. Porque, ¿cuándo es momento de alarmarse? Fácil: si ves que dejas muchos cabellos en la almohada, en el cepillo o la ducha, y que esa caída dura más de tres meses (pero no notas ninguna zona concreta más despoblada, sino que es una caída general de toda la cabeza), estate tranquila. No es nada que no tenga solución. Acude a un dermatólogo y que te recete un complejo nutricional que lleve polifenoles, zinc, vitamina D, calcio, vitaminas B, biotina y/o vitamina A.
Lo que está en tu mano
Lo importante es saber que este tipo de caída tiene remedio. Preocuparte solo lo alargará y el cabello vuelve a crecer. Mientras tanto, come bien y variado, descansa correctamente y vigila no tener el cuero cabelludo sensibilizado o demasiado graso; ambos son factores que contribuyen a una mayor caída y son frecuentes en la menopausia.
Ahora bien, entendido lo que es el efluvio telógeno y por qué ocurre (dentro y fuera de la menopausia), puede ser que notes que el pelo se te está cayendo y lo hace solo por una zona concreta. “Cuando la caída es masiva y se localiza en una zona que queda despoblada, se conoce como alopecia y es una cuestión que va mucho más allá de la estética”, declara el Dr. López Bran. El diagnóstico precoz es vital.
¿Cómo es la alopecia asociada a la menopausia?
La llaman alopecia androgénica o androgenética femenina y, aunque es una calvicie común, no es como en los hombres. “Afecta inicialmente a la zona de la raya y, posteriormente, a la zona superior, si bien en muchos casos conservan la línea de implantación frontal (las entradas)”, explica el dermatólogo del Hospital Clínico.
“Cuando la alopecia se da a los 50-55 años se llama FAGA posmenopáusica, obedece a una predisposición genética y a factores hormonales y puede ser agravada (cuando ya está en marcha) o desencadenada (cuando está latente) por factores como el estrés y la ansiedad”, apunta López Bran, que aclara que los primeros síntomas suelen mostrar una pérdida de la densidad capilar en la zona frontoparietal, con un ensanchamiento de la raya.
Esta alopecia puede experimentarse en varios momentos clave –a nivel hormonal- de la vida: “Puede comenzar a experimentarse a partir de los 8 años, coincidiendo con el inicio de la producción hormonal suprarrenal, seguido de un pico que se observará en la adolescencia entre los 15 y 25 años, y otro en la menopausia, entre los 50 y 55 años”, destaca la Dra. Raquel Amaro, dermatóloga de la clínica MC360, corporación de cirugía capilar especializada en trasplantes capilares.
La explicación es que, en una etapa en la que se ve alterado el componente hormonal, como es la menopausia, puede darse un aumento de las hormonas sexuales masculinas llamadas andrógenos. En esos casos, el folículo piloso –que es donde se aloja cada cabello- puede verse afectado, reduciendo su tamaño y dificultado la producción de cabello nuevo.
Anticiparse es clave
Las malas noticias son que, cuando esta alopecia se desarrolla totalmente, el cabello que se ha perdido no se recupera y el trasplante o micro-injerto es la única solución definitiva. Las buenas que, si se detecta a tiempo, es corregible y que los equipos tecnológicos y los profesionales que tenemos en España son de primer orden: Las clínicas Imema, Inspayra y MC360 son referencia.
Busca alternativas, nada está perdido
Además, existen alternativas que aplacan esta caída (que también funcionan si se trata de efluvio telógeno). “Recomiendo tratamientos de plasma rico en plaquetas obtenido de tu propia sangre e inyectado en el cuero cabelludo (PRP), combinación de fármacos antiandrógenos, minoxidil tópico u oral para incrementar el engrosamiento del cabello, micro-inyecciones de dutasterida, análogos de prostaglandinas, microneedling o láser de baja potencia”, concluye la Dra. Amaro.