No más ‘’deberías’’: redefiniendo las expectativas de la mujer
Mujer y bienestar
Día a día celebramos los avances en nuestra lucha por los derechos y la libertad. Sin embargo, aún cargamos con expectativas invisibles que nos limitan. ¿Hasta qué punto seguimos atadas a las expectativas ajenas? Descubre cómo empezar a liberarte de ellas, paso a paso.
El peso de los ‘’deberías’’: expectativas que limitan a la mujer
Aunque las expectativas han evolucionado, los «deberías» continúan acechando la conciencia femenina: «Deberías estar más delgada». «Deberías pensar en tener hijos antes de que sea tarde». «Deberías rendir al máximo en el trabajo sin descuidar tu familia’’.
En el cine, esta carga se ha representado en numerosas cintas. Películas como La sonrisa de Mona Lisa, Mujercitas o The Wife abordan esta temática. Más recientemente, Barbie (2023), dirigida por Greta Gerwig, presenta un poderoso monólogo interpretado por America Ferrera que habla acerca de las expectativas contradictorias que enfrentan las mujeres:
«Tenemos que ser delgadas, pero no demasiado. (…) Tienes que ser exitosa, pero no más que ellos. Tienes que ser inteligente, pero no intimidante. (…) Tienes que amar ser madre, pero no hables de tus hijos todo el tiempo. (…) Nunca podemos envejecer, equivocarnos o mostrarnos vulnerables (…) Y, aun así, siempre parece que lo estamos haciendo mal’’
Una de las irónicas paradojas de esta película es que, aunque su enfoque critica cómo la sociedad trata a la mujer, los mayores focos mediáticos y premios recayeron sobre Ryan Gosling (Ken), lo que pone de manifiesto cómo, con frecuencia, las contribuciones de las mujeres son subestimadas.
La imagen femenina en el ámbito laboral: entre la presión estética y la desigualdad salarial
Lo que ocurre en el «idílico» mundo de Hollywood no es un fenómeno aislado.
Diversos informes señalan que, por ejemplo, en Estados Unidos, la brecha salarial de género sigue siendo una realidad persistente: las mujeres ganan, en promedio, solo el 82% de lo que perciben sus compañeros varones.
Además, según un estudio de la Harvard Business Review, las mujeres enfrentan más críticas sobre su apariencia en el entorno laboral que los hombres, lo que intensifica aún más la presión estética que deben soportar.
El impacto de esta doble carga va más allá de lo laboral. Un análisis realizado en mujeres españolas muestra que aquellas con mayor confianza en sí mismas tienen mejor salud, presentando menos síntomas de depresión, ansiedad y disfunción social. Este dato no solo resalta la importancia de abordar la desigualdad salarial y la presión estética desde un punto de vista profesional, sino que también muestra cómo estos factores afectan directamente el bienestar físico y psicológico de las mujeres, llevándolas a un desgaste que no solo se mide en términos salariales, sino también en su salud mental y emocional.
Cómo liberarte de las expectativas externas
Aunque es fácil ofrecer una lista interminable de recomendaciones sin tener en cuenta factores como el contexto familiar o las presiones sociales, los siguientes puntos pueden ser un buen punto de partida para reconsiderar el peso que llevas sobre tus hombros. Siempre estás a tiempo de dejar atrás esos «deberías» y empezar a liberarte de las expectativas ajenas:
- El poder de decir «no»: Aprende a poner límites. Decir «no» no es egoísta, es necesario para proteger tu bienestar. Ya sea en el trabajo, en tu vida personal o incluso en tus relaciones, saber rechazar lo que no te hace bien es un acto de amor propio.
- Decide sobre tu sexualidad: La sexualidad es una elección personal, no una obligación. Está bien si tu deseo sexual es alto en algunos momentos o si decides pasar periodos sin tener relaciones. No dejes que nadie te imponga qué es «normal» o no en tu vida íntima; lo importante es que tomes decisiones basadas en lo que te haga sentir bien a ti.
- No temas reinventarte: La vida está llena de nuevas oportunidades y cambiar es un signo de valentía, no de debilidad.
- Fomenta la sororidad: Apóyate en otras mujeres. La sororidad es una fuerza transformadora que nos permite unirnos para romper las barreras que nos han impuesto. Juntas somos más fuertes, y el apoyo mutuo nos impulsa hacia adelante, desafiando las creencias limitantes de generaciones pasadas. ¿Quién puede entenderte mejor que otra mujer que ha vivido experiencias similares?
Por último, pero no menos importante, algo que suena a cliché, pero que tiene un poder inmenso: aceptarte como eres. La verdadera libertad empieza con la aceptación de una misma. Abraza esas imperfecciones que te hacen humana, tus fortalezas, pero también esas vulnerabilidades que te permiten sentir profundamente.
Lejos del molde en el que te han encasillado, la verdadera belleza reside en la autenticidad. Comprende que no necesitas ser perfecta, solo ser tú misma. Canta cuando te apetezca, di sí a un plan inesperado, elige si deseas ser madre o si, por el contrario, otro camino te llena más. Porque, al final del día, lo más gratificante es saber que tomaste las riendas de tu vida y que puedes sentirte feliz con aquello que elegiste (porque lo decidiste tú). Porque eres más que suficiente tal y como eres.