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Tenemos que hablar de los efectos secundarios a largo plazo del ácido hialurónico

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Aunque el ácido hialurónico es seguro, una aplicación inadecuada puede provocar inflamación, granulomas o incluso migración del producto. Por eso, elegir a un profesional capacitado y seguir al detalle el post-tratamiento es clave para obtener resultados efectivos y naturales.


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Los retoques estéticos empiezan a ser algo muy generalizado en España, sobre todo en población cada vez más joven. Así lo afirma el último informe de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética), lanzado junto a la campaña “Tu cara ya no me suena”, que pretende alertar de los riesgos de tratarse sin recurrir a un médico especializado.

Los posibles efectos secundarios a largo plazo de ciertos tratamientos de medicina estética como las infiltraciones de ácido hialurónico, de los que vamos a hablar en este artículo, suelen derivar de no elegir al profesional adecuado ya que, tanto los sobre-tratamientos como las migraciones de producto o la formación de granulomas, se asocian con una mala elección del relleno o con su inyección en el área equivocada.

¿A qué se refieren cuando hablan de ácido hialurónico?

Uno de los procedimientos de medicina estética más demandados en España es el que consiste en infiltrar en el rostro ácido hialurónico. Estas infiltraciones pueden ser de diferentes tipos para que puedan cumplir distintos objetivos.

El ácido hialurónico que se usa en la consulta de medicina estética -y que lo mismo te engrosa un labio que te rellena arrugas, te pone recta la nariz o te marca la mandíbula o el mentón- es un gel sintético fabricado y modificado en laboratorio, de características similares al que produce nuestro organismo y cuya función principal es la captación de agua intercelular. Se puede usar como revitalizador de la piel o como relleno, dependiendo del tipo que sea, el tamaño de la molécula y su grado de reticulación.

Para qué pincharse ácido hialurónico

Con ácido hialurónico reticulado, de gran consistencia y capacidad voluminizadora se puede transformar el tamaño o la forma de los labios, rellenar el surco de la ojera y recuperar zonas hundidas del rostro donde la grasa ha menguado por la edad o por una pérdida brusca de peso. Su objetivo es dar volumen o sostén, por lo que interesa que tenga durabilidad. Según la proyección que se desee lograr con ese relleno, se puede usar más o menos denso.

Por su parte, el ácido hialurónico no reticulado es más ligero. Su objetivo es conseguir una hidratación profunda de la piel. Mediante la misma, además de lograr una mayor luminosidad y jugosidad, se pueden disimular finas líneas y arrugas.

Cada uno de estos ácidos hialurónicos se inyecta en un plano distinto, más o menos superficial, dependiendo del objetivo que deba cumplir. Y ahí se encuentra el quid de la cuestión cuando hablamos de efectos secundarios a largo plazo del ácido hialurónico.

Posibles efectos secundarios

Cuando el ácido hialurónico inyectado es reticulado no lo puede degradar una enzima que todos tenemos (hialuronidasa), por lo que se considera relleno duradero. Cuando es no reticulado se reabsorbe en doce horas y suele vehiculizar otros agentes como vitaminas o aminoácidos.

Esa reticulación que consigue que el relleno dure tiempo es el motivo por el que mediante ecografías se pueden detectar infiltraciones realizadas hace años. Si se ha puesto demasiada cantidad de ácido hialurónico, demasiado deprisa, sin el masaje posterior adecuado o en un plano que no es el correcto, la huella que deja puede ser nefasta. La huella estética, no olvidemos, es uno de los peores efectos secundarios a largo plazo de intervenciones como ésta. Y, visto que algunos ácidos hialurónicos no son totalmente reabsorbibles por el organismo, se hace crucial que el médico sepa elegir bien qué pone, cuánto pone y dónde lo pone para que después no haya disgustos.

El ácido hialurónico es seguro

Dicho esto, lo importante es saber queno todos los ácidos hialurónicos pueden inyectarse en todos los sitios. Partículas pequeñas se inyectan de forma superficial, partículas grandes, en profundidad. Lo mismo con el grado de reticulación: poco reticulados en superficie, muy reticulados en profundidad. Además, para evitar efectos secundarios, además de la calidad del ácido hialurónico y la pericia del médico, es crucial que el paciente siga unas obligadas normas básicas post tratamiento.

Este tratamiento tan popular es, pues, seguro, siempre que lo realice un buen profesional, previa selección correcta del paciente. Aplicado de manera adecuada y con la reticulación correcta para el objetivo concreto, no deja residuos en la piel. Ahora bien, la mala praxis de la persona que lo inyecta puede influir. Para evitar los efectos secundarios a largo plazo, el ácido hialurónico se ha de infiltrar sin prisa, haciendo posteriormente un masaje adecuado. En general, las complicaciones como migración del producto, formación de micro nódulos o inflamación se minimizan cuando el médico va poco a poco, poniendo cantidades de menos a más paulatinamente, más allá de, por supuesto, elegir la sustancia adecuada y saber dónde la pone. Esta precisión asegura que el tratamiento sea efectivo y duradero, sin dejar rastros no deseados de esta llamada huella estética.

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